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España España · Estepona
Voto de Juan Diego:
9
Comedia En la época de la Ley Seca (1920-1933), Dave es un contrabandista de alcohol que está a punto de cerrar un trato importante con un mafioso de Chicago. Como las manzanas de la mendiga Annie siempre le han dado suerte, envía a uno de sus hombres a buscarla para cerrar la operación. Pero Annie está completamente desesperada: su hija, a la que no ve desde hace muchos años, llega de Europa acompañada de su novio y de su suegro, unos ... [+]
19 de diciembre de 2011
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La máxima cinematográfica de Frank Capra era la siguiente: “En el cine no hay normas. Sólo pecados. Y el pecado capital es el aburrimiento.” Capra intentó a la lo largo de su carrera no serle infiel a este principio y lo consiguió con creces. Pero si de algo se ha acusado al cine de Capra ha sido de su optimismo desaforado y de su ingenuidad, pero creo que este hecho responde al deseo del director de hacer que las cosas sean perfectas en el arte, puesto que en la vida no lo son. Del deseo de hacer que toda una generación, en una época desencantada por los horrores de la guerra y la miseria de la posguerra, volviesen a soñar.

Todo en esta película es maravilloso, desde el comienzo de los créditos iniciales, en los que vemos a “Annie Manzanas” con su cesto caminar bajo la lluvia, abriéndose paso por la acera en la que todos, con sus bellos trajes y paraguas, se apartan al ver a una mujer de estética tan desagradable; este comienzo supone toda una lección de cómo se presenta a un personaje principal y sus condiciones sin que haga falta ni una palabra. Es muy de resaltar en esta cinta, el uso minimalista de la música, ya que el punto fuerte de la cinta es el guión y la velocidad entre uno y otro diálogo, con lo que hubiese sido desastroso el uso desmesurado de música. Pero evidentemente, nada sería del guión si no estuviera interpretado por un reparto tan magnífico e incuestionable en el que aunque todos están inmejorables, se eleva por encima de todos los demás, una Bette Davis irrenunciable, de ojos brujos y magia infinita, que nos lo entrega todo con cada uno de sus gestos y movimientos y se hace dueña de toda la pantalla con una facilidad inusitada, por algo la apodaron la “Reina de Hollywood” y “La primera dama del cine en blanco y negro”, y es que contar con Bette Davis para una película significaba tener a la que muy probablemente sea la mejor actriz de todos los tiempos.

En “Un ganster para un milagro” podemos ver los rasgos inherentes de las historias de Capra: solidaridad, optimismo, fe, romanticismo, esperanza e ingenuidad. Esta es una película a la que se le podría atribuir el mejor elogio que se me ocurre, que no es otro que decir que ha sido rodada por un niño o por un hombre con alma de niño, que no ha perdido la magia, y que a través de su arte intenta liberarnos de nuestro letargo o largo ensueño a nosotros, los realistas, los adultos, los muertos, que ya no creemos en la magia de los cuentos. Y es que esta película, desde el primer fotograma al último, no es otra cosa que un derroche de magia y de cómo hacer comedias con elegancia, algo que abundaba en el Hollywood de la época y que murió con directores como Capra, Lubitsch o Wilder. Ésta es una manera de hacer cine que ya no existe. En definitiva, esta es una obra maestra irrenunciable, una película cargada de buenas intenciones e imposible de olvidar, además de ser el film con el que todo director soñaría despedirse de este hermoso arte. Un cuento inolvidable.
Juan Diego
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