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España España · España
Voto de Polimnia:
8
Cine negro. Intriga. Drama Comienzos de la Guerra Fría, en Viena, 1947. El norteamericano Holly Martins, un mediocre escritor de novelas del Oeste, llega a la capital austríaca cuando la ciudad está dividida en cuatro zonas ocupadas por los estados aliados de la II Guerra Mundial. Holly va a visitar a Harry Lime, un amigo de la infancia que le ha prometido trabajo. Pero su llegada coincide con el entierro de Harry, que ha muerto atropellado por un coche en plena ... [+]
14 de febrero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un crimen no resuelto, un cadáver que no es el que consta en el acta de defunción, un carismático desconocido que nadie puede identificar, un gato demasiado ladino… "El tercer hombre" (Carol Reed, 1949) reúne todos estos elementos en el escenario de la Viena de posguerra, dividida en estratégicos, y provechosos, sectores.

Holly Martins (Joseph Cotten) va a visitar a su amigo Harry Lime (Orson Welles). Éste último ha prometido un negocio al escritor, que ya no podía mantenerse mediante sus mediocres westerns. Sin embargo, Martins se topará con una desagradable sorpresa a su llegada a la capital austríaca, Lime había fallecido, y ya solamente podría despedirse de él en su funeral.

El trío lo completa la voluble Anna Schmidt (Alida Valli), que, obviamente, captivará a Holly en sus pesquisas sobre la muerte de su amigo. Anna es un personaje que podría relacionarse con el de Mary (Loretta Young) de "El extraño" (O.Welles, 1946). Welles y Reed ponen en escena dos mujeres que llegan a extremos de locura por su autoengaño respecto al amor, Mary resulta la más desesperada en la comparación. Una pena que Welles no supiera tratar sus delirios de un modo más surrealista y profundo, como después desarrollarían Hitchcock y Buñuel.

Schmidt no será capaz de liberarse de la posesión de Lime, aún conociendo sus execrables tejemanejes; y empeñada en su orgullo y lealtad a un, desde luego, “despreocupado” novio, no aceptará los razonables consejos de Holly, ni aunque éste la espere…

El espectador más hábil sabrá captar rápidamente el trasfondo expresionista del film, en aspectos tan evidentes como las muecas del barón Kurtz (Ernst Deutsch), el derruido palacio donde vive Anna, y el puntilloso doctor Winkel (Erich Ponto); pero muy especialmente, reparará en la genial incursión de Welles en pantalla, así como su ratonil escapada por las laberínticas cloacas. No es de extrañar que en 1951 se llevara el Oscar a mejor fotografía, ideada por Robert Krasker.

Inolvidable, la excelente banda sonora de la cítara de Anton Karas, aunque cuesta encajar dentro de los parámetros del género negro, y más, en una película tan sombría como ésta… Sin embargo, es comprensible si se percibe el irónico y agrio sentido del humor que domina El tercer hombre: las continuas borracheras del escritor, su inocencia respecto a la reputación de su amigo, el adolescente amor que le provoca Anna, los peligros a dónde le lleva su “amistad” por Harry… Y Holly no es el único que mueve a risa al espectador, Harry Lime es un personaje con un profundo sentido del humor, si no, le hubiera sido realmente difícil conciliar el sueño por las noches.

Un consejo para el espectador, en cuánto acabe de ver la película, cuestiónese con qué personaje ha empatizado, y qué límites estaría dispuesto a cruzar, justificar y soportar.

Crítica completa en: http://www.ojocritico.com/criticas/alumbrando-la-tercera-sombra/
Polimnia
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