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España España · Madrid
Voto de GVD:
6
Cine negro. Thriller Frank McCloud (Humphrey Bogart) es un veterano de guerra que viaja a Cayo Largo, en Florida, para visitar al padre (Lionel Barrymore) y a la viuda (Lauren Bacall) de un compañero muerto en combate. Pero su estancia se complica, ya que en su hotel se aloja también una banda de gángsters que, aprovechando una fuerte tormenta, los toman como rehenes. (FILMAFFINITY)
5 de julio de 2007
45 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Huston es un director que me cae bien, no lo metería entre los grandes, pero no estoy de acuerdo con John Ford en lo de que era un estafador. Contaba historias, que es lo que a mí me gusta cuando veo una película, que me cuenten algo, y lo hacía muy bien. No sé si Ford vivió para ver películas como "Fat City" o "El hombre que pudo reinar", pero si esas le parecieron estafas, no sé yo si fiarme de su criterio cinematográfico, lo que no tiene nada que ver con amar su cine que era inmenso. El de Huston no creo que esté a la altura pero desde luego nos dejó un puñado de películas para el recuerdo. Aunque en ese saco yo no metería a "Cayo Largo".

"Cayo Largo" adopta una estructura teatral para contar el relato, lo cual me gusta tanto como me disgusta. La sensación de claustrofobia es palpable, inmejorable cualidad para añadir tensión al relato, la angustia y el agobio se transmiten muy bien y me ayuda a meterme en la historia. Ahora bien, confiar a los intérpretes casi todo el peso del relato ya es otra cosa.

Por suerte esos actores son la hostia, el siempre grande Bogart, que no sé si sería un gran actor pero desde luego llena la pantalla, me gusta verle y oírle. Y otro tanto de lo mismo para el inmenso (figuradamente hablando) Edward G. Robinson, nadie tan pequeño me dio tanto miedo, sólo gente como James Cagney o Joe Pesci son comparables. El resto están espléndidos, salvo una Lauren Bacall que yo diría que está algo de florero, y su papel es un poco convencional. Sin embargo, no logran evitar el tedio que supone estar una hora escuchándoles hablar y moverse en una estancia sin que pase mucha cosa.

El tercio final en el barco, sin embargo, es inmejorable, donde la tensión se guarda magistralmente para acabar en un final demasiado enfático y poco creíble. Recomendable de todos modos, sin que sea excepcional es un trabajo muy interesante y es mucho más entretenida que aburrida.
GVD
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