Estaba muy deseoso de ver esta cinta debido a todas sus bazas. Era el regreso a la dirección del gran Robert De Niro después de su excelente "Una historia del Bronx", trataba de forma muy compleja y profunda la creación de la CIA, y es que a mí las películas de espias me vuelven loco, y además contaba con un plantel de actores de lo más sólido. ¿Qué podía fallar? Dos palabras: Matt Damon. Duele mucho pensar que una película con una factura tan interesante y trabajada caiga por culpa de su protagonista, un actor acartonado e inexpresivo que contagia su soseria a lo largo de toda la película haciendo que esta se resienta y finalmente la sigamos sin el más mínimo interés.

La trama acompaña al personaje de Damon, uno de los principales fundadores de la CIA, a lo largo de toda su vida y cómo debe compaginar su vida laboral con las complicaciones que eso le conllevará en el ámbito familiar. Después de las casi tres horas que dura el film, uno sale del cine de la mísma forma en la que entró, como si nada hubiera pasado. No es que la película se haga aburrida ni nada de eso, el problema reside en el protagonista, Matt "soso" Damon, que hace que olvidemos la película al instante.

Esta película habría ganado muchos enteros con la elección de otro principal interprete, de hecho, Leonardo DiCaprio fue la primera opción de Robert De Niro, pero éste no pudo cumplir porque el rodaje de la película coincidía con la de "Infiltrados", de Martin Scorsese. Es una auténtica lástima que una película tan prometedora caiga en picado por la ineptitud de una sola persona, incapaz de llevar el peso de la trama sobre sus hombros. Lo único con lo que me quedé al ver la película fue el trailer de la tercera parte de "Piratas del Caribe".