Es probable que el paso de los años haga de que una película pierda fuerza o peque de inocencia, sin contar además de que el público actual ya no es tan ingenuo y puede acceder a ver cosas mucho más realistas. Sin embargo, no se puede negar que esta cinta tuvo un fuerte empaque en su estreno donde no faltaba ningún elemento de cualquier cinta perteneciente al cine negro que no fuera de calidad.

Fritz Lang, que ya había mostrado su enorme talento en el género en su anterior film “Los Sobornados”, repite con la misma pareja protagonista formada por Glenn Ford y Gloria Grahame para relatarnos una oscura historia mostrándonos su prototipo de “femme fatal”.

Era una época donde los films de cine negro relataban dramáticas y oscuras historias donde las mujeres usaban su inteligencia y belleza para maquinar a los hombres y conseguir de ellos todo lo que quisieran en su propio beneficio.

Los engaños, los celos y la traición están muy presentes a lo largo de toda la película, haciendo que en ningún momento se pueda hacer pesada o que decaiga su interés. Lo único que se le podría reprochar es la inocencia que desprende ciertos momentos su argumento, algo totalmente justificado si tenemos en cuenta la edad del film.

Esas pequeñas lagunas son fácilmente olvidables y harán que podamos ver, si somos pacientes, una película de lo más interesante en el género, respaldada por un elenco de actores fabuloso y de un realizador aún más por encima. Todo amante del género debería verla, pese a que no impacte tanto como films como “Perdición” de Billy Wilder.