Paul Greengrass es de esos cineastas que parecen perfectos para narrar historias políticas a partir de hechos reales (Bloody Sunday, United 93). Aquí vuelve a relatar uno de esos sucesos relevantes en los últimos años como fue la huida de Sadam Hussein de su Palacio en plena Guerra de Irak y la búsqueda de las armas de destrucción masivas por parte de las tropas norteamericanas, huyendo afortunadamente de la acción demasiado espectacular e increíble de la saga Bourne. Al principio parece que a "Green Zone" le falle el sonido, pero el director es capaz de lograr que nos enteremos de lo principal a pesar del ensordecimiento provocado por los tumultos callejeros o las bombas que caen. Mérito que se mantiene incluso en la narración de la trama, hasta el momento que cito en spoiler, donde el argumento se complica demasiado, se enrevesa y baja la puntuación de una película bélica y de intriga que podía haber sido notable.
Por cierto, ¿cómo le sentaría a Aznar después de hacerse la foto con Bush y Blair, que Greengrass se olvide de España, mencionando tan sólo a E.E.U.U. y Reino Unido como aliados?
Mi nota: 7,2