Todos los que escuchábamos a Gomaespuma en su programa matinal de M80 Radio conocimos a Florence Foster Jenkins como la peor soprano del mundo, pero que llegó a cantar y llenar un teatro porque era una mecenas amante de la música. Y que tire la primera piedra quien no se mofó de ella o incluso se rió a carcajadas, especialmente con su interpretación del aria de la Reina de la Noche, de "La Flauta Mágica" (Mozart).
Sin embargo, Stephen Frears ha conseguido que la vea como una mujer rica que ponía todos sus esfuerzos en dar lo mejor de sí misma (pese a sus limitaciones) y que, pese a su dinero, no tuvo una vida fácil por su enfermedad que le provocó un delicado estado de salud.
No obstante, de ahí a alabar con grandes críticas esta película hay un trecho. No es tan divertida como pretenden hacernos creer, sino una simple biografía correcta, entretenida y bastante respetuosa sobre una cantante ciertamente inimitable e incomparable (en eso no mienten). Y ése es el acierto de Frears, aparte de que el director consigue que la admiremos por su tesón como todos los que la acompañaron en su camino musical (sea por voluntad propia, o incentivados por el dinero). Incluso con alguna sorpresa (ver spoiler).
Meryl Streep, como siempre, muy bien sea cual sea el personaje que le pongan. Notable Hugh Grant como ese "marido" que trataba de hacerla feliz pasara lo que pasara. Quizá el que más desentona es el pianista (tal vez porque no me gusta la voz de doblaje que le han asignado).
En fin, que sin ser una comedia tronchante, no es una mala biografía y estoy de acuerdo con la puntuación otorgada por Filmaffinity.