Lamentablemente no es un thriller distópico. Lo que sugería "Enemigo público" hace la friolera de 25 años hoy es una realidad y obtener datos sobre nosotros se ha convertido en oro puro para las empresas. Nos controlan y tienen tanta información sobre nosotros, que podrían modificar nuestras vidas o tenernos localizados rápidamente en cualquier momento hasta acosarnos. Utilizo el plural impersonal porque vete tú a saber a quién se la hemos proporcionado con las redes sociales, los smartphones, las cookies o la descarga de apps. Casi prefiero no darle vueltas al tema porque verdaderamente asusta pensar que puede suceder lo que le ocurre al personaje de Will Smith en esta película.
La trama no sólo es más que interesante, sino que plantea un debate sobre la moralidad de quienes deberían ser rectos y ejemplares. A Tony Scott y Jerry Bruckheimer les salió un blockbuster de lo más chulo, aunque sea un poco largo y esté enfocado a la comercialidad.
Pienso que esas dosis de humor que en otra película podrían sobrar, aquí son necesarias para dar un respiro al espectador del agobio al que lo someten si logras empatizar con la situación de Robert Dean. Incluso algunas son destacables (ver spoiler 1). Eso sí, hay escenas en las que se pasan de credibilidad (ver spoiler 2).
Buen reparto, empezando por Gene Hackman como siempre y pese a que tarde en aparecer. Y lo mejor, el final, que hila la puntada que parecía haber quedado como una introducción anecdótica por la profesión del protagonista. No era tan estúpido como parecía, je, je.
Mi nota: 7,8