Divertida comedia de timadores que, pese a no llegar al notable y tratarse de un remake, cumple. No es de carcajada continua, aunque los actores funcionan muy bien. Quizá sea por su carácter diametralmente opuesto: La elegancia británica de Michael Caine contra la informalidad y desparpajo de Steve Martin.
La película puede parecer anodina al principio, pero hay que darle una oportunidad porque crece desde el momento en que ambos "seductores" comienzan a hacerse la competencia.
No dejaría de ser simplemente entretenida, si no fuera por una escena con la que te partes de risa (ver spoiler).
Mi nota: 7,4