Este año nos ha llegado otra versión de la archiconocida leyenda del Rey Arturo. A lo largo de los años, hemos visto multitud de puntos de vista (el de cada director, aunque algunos bastante similares entre sí) de esta leyenda, y hoy nos ha tocado hablar de la versión de Guy Ritchie, director de las dos entregas del Sherlock Holmes de Robert Downey Jr y de la infravalorada Operación U.N.C.L.E., entre sus peliculas más recientes.

¿Y qué tiene esta versión de especial entre las otras? Pues absolutamente todo, desde su dinámico montaje propio del cine de Ritchie (lo que en otra película se habría contado en un tercio de pelicula, aquí se cuenta en una sucesión de escenas de un par de segundos). Esto puede lastrar un poco en su inicio (y el hecho de contarnos una historia completamente nueva) pero una vez te metes en su juego es muy disfrutable, a pesar de que en diversas escenas se notan bastante las escenas que han sido cortadas en edición.

No aparece Merlín ni la Mesa Redonda, elementos indispensables en esta leyenda, pero hay guiños para fans de la leyenda.
La floja narrativa es compensada por el gran estilo visual y el ritmo, que es muy dinámico gracias al montaje que intercala escenas y tiempo de manera que no perdemos el tiempo en tiempos muertos, aunque a veces la película sea lastrada por repetitivos flashbacks del oscuro pasado del futuro rey.
Hablando de la música, Daniel Pemberton ha traído otro punto a destacar mezclando partituras de estilo clásico con otras más cañeras o rockeras.
Hay elementos que han sido reinventados de manera muy inteligente e incluso dotan a la leyenda de más epicismo.

Tiene un humor muy marca de la casa del director que se agradece y acompaña al tono ligero y desenfadado de la historia.
Y hablando de desenfadado el Arturo de esta pelicula es un macarra criado en un burdel, por lo que su personalidad marca el tono de la pelicula.
Todos los actores están estupendos y los efectos están muy bien logrados, cosa que es de esperar.
Algo que puede estorbar a los fans del cine medieval más clásico es la acción. Es como un videojuego; los movimientos de cámara rapidísimos, la saturación de efectos... puede pecar de irreal para los que esperen algo más a la antigua usanza.
En fin, que si esperáis lo de siempre, huid despavoridos, es una película normal de su director, con sus pros y sus contras, pero trasladada a la edad media.

PD-No vayáis con prejuicios ni exigencias, hay mil y un fallos que se pasan por alto si vas únicamente que a entretenerte.

Rey Arturo es una buena opción para huir del calor veraniego durante dos horas muy entretenidas en las que hay espacio para todo. Un blockbuster en toda regla.

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