Se me ha quedado una sensación un tanto extraña nada más ver esta película. Las tres historias que cuenta, tan bien entrelazadas y cohesionadas, tienen un nivel de profundidad que pocas veces he visto en este curioso arte. Y es la primera vez que veo un filme que medita de una manera tan efectiva sobre la felicidad, sobre cómo nos enfrentamos a nuestras propias decisiones y sobre cómo somos capaces de vivir vidas que no nos llenan, o que simplemente (y esto es muy triste) se llegan a vivir sólo por los demás. La sensación que se me ha quedado es agridulce, agria porque en parte es deprimente, dulce porque es una forma de enseñarnos a vivir, a disfrutar de la vida. Tremendas actuaciones, tanto Nicole Kidman (tan alabada aquí) como Julianne Moore (estremecedora), Meryl Streep y Ed Harris dan forma a lo que parece una muy buena adaptación de un gran libro, o al menos eso dicen. Lo comprobaré leyéndolo. Eso sí, no recomiendo verla estando bajo anímicamente. 8,5/10