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España España · Alicante
Voto de S_Golmer:
10
Drama Recién terminada la Guerra Civil Española (1936-1939), un Tribunal Militar condena a muerte a unas jóvenes por un delito que no habían cometido. Detenidas un mes después de acabar la guerra, sufrieron duros interrogatorios y fueron encarceladas en la prisión madrileña de Ventas. Ella pensaban que sólo pasarían unos años en la cárcel, pero fueron acusadas de un delito de rebelión contra el Régimen por reorganizar la JSU y por organizar ... [+]
15 de enero de 2017
31 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésas son las palabras de Julia (el personaje de Verónica Sánchez) frente al pelotón de fusilamiento, y son las palabras que resumen una época que ha querido tergiversarse y blanquearse en beneficio de los ganadores. De los monstruos que ganaron.

Esta película es un grito en contra de analfabetismo histórico. Un grito necesario, justo en su crudeza y exactitud. Porque basta ya de insultar la memoria de tantos inocentes, de tantos héroes que lucharon contra el fascismo, denostado y rechazado en cualquier país europeo menos en el nuestro. Ya está bien con la falacia de "los republicanos fueron igual de malos y también cometieron muchas barbaridades”, hay que ser rematadamente imbécil para sostener y defender una falacia así, la misma que nos llevaría a situar en exacto plano de igualdad a nazis y Aliados.

Hay quienes se quejan del maniqueísmo, de la clara distinción entre el bando bueno y el malo, pero es que a estas alturas, cuando todavía hay tantos ignorantes y negacionistas, parece que sigue siendo necesario hacerlo, utilizando además ese lenguaje infantil de buenos y malos para hacer comprender la verdad. Si seguimos así es porque no se ha hecho con suficiente contundencia. En palabras del periodista e historiador Carlos Hernández:

"El olvido del héroe y el aceptado ensalzamiento del asesino es un hecho que demuestra lo que realmente pasa en España. Si hoy seguimos así, sin resolver el problema de Historia y de Memoria que tiene este país, es, entre otras cosas, porque los demócratas no hemos hablado con la suficiente claridad. No lo hicimos durante la Transición porque el aparato franquista tuteló ese proceso y lo condicionó con la permanente amenaza de acabar con él mediante su método favorito: el golpe de Estado (...). Sólo así se entiende que una mayoría de los españoles mantenga una absoluta equidistancia entre víctimas y verdugos, es decir, entre quienes defendieron la democracia republicana y aquellos que acabaron con ella gracias al apoyo de Adolf Hitler. De aquí es de donde surgen todas las anomalías y los anacronismos que avergonzarían a cualquier país civilizado (...). El paso más importante es reivindicar intelectualmente lo que debería ser obvio y que, sin embargo, en nuestro país suena casi revolucionario. Lo diré sin matices, con un lenguaje infantil que resulta muy necesario en este caso: los republicanos fueron "los buenos" y los franquistas "los malos". Hasta que no asumamos como sociedad esta evidencia histórica, no dejaremos de ser un país democráticamente anormal (...).
Solo los neonazis y ultraderechistas cuestionan en Europa quienes fueron "los buenos" y quienes "los malos" en la II Guerra Mundial (...). Sólo ellos acusarían a los descendientes de los judíos gaseados en Birkenau de querer reabrir heridas por intentar honrar la memoria de sus víctimas (...)".
S_Golmer
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