En tono muy ameno de aventuras y con una buena recreación de Cassel de su enigmático protagonista, la película nos adentra a su estilo en aquel mundo muy real que abundaba desde muy antiguo en Europa, de las mafias organizadas que eran a menudo verdaderas sociedades secretas con su "gran maestre", personaje que podía estar bien integrado en las alturas sociales y con una imagen oficial "intachable", sus implacables leyes internas, su organización piramidal y la división de funciones delictivas según las dotes de cada integrante. En tono de casi comedia, ya Cervantes retrataba a una de aquellas cofradías en su "Rinconete y Cortadillo". En España se conocen varias desde la Edad Media, gracias a investigadores en un terreno muy difícil porque, lógicamente, creo que son escasos los documentos de las épocas, pero se sabe de La Garduña, La Germanía y muchas mafias de cada comarca que sembraban el terror y dieron origen a la creación de "La Santa Hermandad" por los Reyes Católicos, hasta desembocar, siglos después, en la Guardia Civil, contra el bandolerismo de asalto, que luego era lo que se llevaba, resumiendo mucho. Es fascinante toda esa historia y hay libros muy buenos. En tiempos ya más actuales, las mafias fueron cobrando otras formas, cada vez más disimuladas y seguramente lucrativas.

Pero esta película se adentra en aquel submundo y, sin olvidar nunca que es una película que pretende amenizar, la recreación de atmósfera de época parece buena, así como logrados los personajes, tanto los hampones como los poderosos; las escenas de acción están bien hechas, huyendo de la cutre chapuza tan habitual en estos días, y la peripecia en su conjunto y los giros de la acción, son imaginativos y bien conseguidos.