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Voto de Joan Ramirez:
8
Romance. Drama Laura Jesson es un ama de casa algo aburrida de la rutina que vive con su marido y familia. Una vez a la semana, suele ir a la ciudad de compras. En uno de esos viajes rutinarios, Laura coincide con el Dr. Alec Harvey en la sala de espera de la estación de ferrocarril. Ambos son de mediana edad, casados y tienen dos hijos cada uno. Comienzan a hablar, y tras disfrutar cada uno de la compañía del otro, ambos continúan reuniéndose ... [+]
19 de septiembre de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin lugar a dudas, somos la especie de este mundo que más tarda en lanzar individuos adultos a la vida independiente. Las capacidades de un bebé humano son nulas en comparación del pollito que sale del huevo y empieza a picotear a su alrededor, o del potrillo que se pone en pie junto a su madre todavía impregnado de líquido amniótico. La palabreja científica que describe este fenómeno es “neotenia”, un recurso evolutivo que retrasa y alarga nuestra juventud y, por tanto, nuestra capacidad de aprender hasta límites que me permiten publicar esto en Internet, y que usted lo lea, sabe Dios dónde. ¿Y todo esto por qué? Porque somos bichos no especializados que se las tuvieron que apañar para comer cualquier cosa que se pusiera a tiro cuando bajamos del árbol y empezamos a perder pelos. Los lobos comen ovejas, las ovejas hierba y nosotros acabamos inventando cocineros perversos como Ferran Adrià. Es lo que tiene necesitar aprender para sobrevivir.

Otra curiosa consecuencia –más directamente emparentada con el tema que nos ocupa…- es que nuestros padres se han de aguantar mutuamente mucho tiempo para ayudarse en nuestra prolongada crianza, cosa que da pie a que a veces se aburran los unos de los otros. Y, como somos tan progresivamente inteligentes y ya no hay que ir a buscar agua al pozo, ni al río, ni desplumar las aves que ya no cazamos, aparece una de las mayores obscenidades de nuestra civilización occidental: el “tiempo libre”, algo tan absurdo, de hecho, como la “vida laboral” y sus nefandas vicisitudes.

Esta película empieza en el momento en que Laura decide que el jueves será su “dia libre”… ¡Ah… el tiempo libre, fuente de felicidad y contradicciones! ¡Maná de psiquiatras, psicólogos y ya no digo abogados! ¡Puertecita de nuestras vidas!

Mi consejo es que lo aprovechen para ver esta valiente película, claro precedente de Los Puentes de Madison, ejemplo de solvencia narrativa y de fotografía innovadora en su momento. La voz en off de la protagonista, no obstante, a veces se hace un tanto irritante, pero merece la pena ir conociendo las piedras de toque del la historia del Cine, cuando le debía al teatro mucho más que ahora.
Joan Ramirez
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