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Voto de Joan Ramirez:
8
Intriga. Drama Japón, siglo XII. En Kioto, bajo las puertas del derruido templo de Rashomon, se guarecen de la torrencial lluvia un leñador, un sacerdote budista y un peregrino. Los tres discuten sobre el juicio a un bandido, acusado de haber dado muerte a un señor feudal y violado a su esposa. Los detalles del crimen son narrados desde el punto de vista del bandido, de la mujer, del señor feudal -con la ayuda de un médium- y del leñador, único ... [+]
24 de septiembre de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No muchos años después de que se rodara esta película, en Psicología, se empezó a experimentar para dilucidar los efectos de la memoria en la percepción y se descubrió un fenómeno que bautizaron como “primming”. Del modo más resumido posible: si ves 40 dibujos de roedores y te cuelan un dibujo ambiguo que, bien puede parecer un roedor, bien un ave, la mayoría de personas interpretará un roedor. Si, por el contrario, te condicionan con 40 fotos de aves, llegado el dibujo ambiguo, se tiende a ver un ave. Da validez al experimento el hecho de que los que son condicionados con dibujos de aves y roedores al 50% también ven en el dibujo ambiguo aves y roedores al 50%. En resumidas cuentas: que las embarazadas sólo ven embarazadas y que el que lleva la alegría y la honradez en su interior dará con más facilidad con la alegría y la honradez del mundo. Esto ya lo escribió el gran maestro chino hace miles de años: no hay peor maldición que el descontento. Puede resultar desconcertante, pero el significado de esa frase es bastante literal…

En el gran portal de Rashomon había vivido un demonio; se fue asustado por las maldades de los hombres. El gran portal puede ahora guarecer a los hombres, que saldrán de él mejor o peor de lo que entraron. Al fin y al cabo, esta es la historia del mundo. Los que salgan peor habrán contribuido a su destrucción en su propio beneficio. Verán que uno de los personajes arranca unas tablas del viejo templo para encender una hoguera y calentarse.

Bajo el viejo tejado del portal, mientras arrecia una tormenta incluso desconcertante para el espectador, se explicará una misma historia bajo diferentes puntos de vista. Cada personaje la narrará en función de lo que lleve dentro, de sus miedos, de sus anhelos, de sus miserias o grandezas. No será hasta el final de la película que tendremos una idea real de lo que sucedió.
Quizás usted, como yo, sienta cierta predilección por las películas en que el Bien y el Mal se dan de tortas. Mi opinión es que este trabajo supera ese debate. Se beneficia o se perjudica: no se trata de combatir el mal, se trata de tomar el partido correcto, el duradero, el que beneficia, el que perdura.

No quisiera, en este punto, repetir nada de lo que ha escrito Miquel en su estupenda crítica, pero no puedo dejar de resaltar la estupenda banda sonora inspirada en el Bolero de Ravel: una melodía sincopada y envolvente, misteriosa, hipnótica, que imprime un ritmo y una magia excepcional a la secuencia en que el leñador se adentra en el bosque al encuentro de las dificultades y pruebas que el destino nos plantea a todos. Sin ser un entendido, me ha parecido que el montaje y planteamiento de esa secuencia son una pura delicia.

Creo que hay mucha gente cinéfila que no conoce la obra de Kurosawa. Esta es una muy buena película para adentrarse en el universo del director japonés, o quizás sea más seductora para el espectador de hoy en día “Dersú Uzalá” (1975), que añade el brillo de la aventura a la ternura del hombre bueno que vive en los bosques.

El buen fotógrafo no necesita irse a las chimbambas a buscar lo bello: sabe que su materia prima es, sencillamente, la luz… Me gustan los directores como Kurosawa o John Houston porque trabajan con la luz y la oscuridad que hombres y mujeres llevamos dentro.
Joan Ramirez
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