Tom Hanks en los 80 era una especie de Jim Carrey, el rey de la comedia, un actor encasillado hasta que en los 90 su carrera cambio de rumbo cuando hizo doblete en los Oscar de manera consecutiva, ganando por Filadelfia y Forrest Gump sendos oscars, y empezó a convertise en un actor serio y respetado.

Películas sin muchas pretensiones, pero que cumplían su objetivo de hacer reir y pasar el rato como Joe contra el volcan, Socios y sabuesos, No matarás al vecino, Big, Joe contra el volcan y 1, 2, 3, splash dan buena fe de las cualidades cómicas del astro Tom.

Esta casa es una ruina es la típica película que hemos visto como 5 veces en las sobremesas de la 1, y que siempre que la echan nos enganchamos para verla, por lo divertida y amena que es.

La última vez que la ví me di cuenta que la película hace un montón de guiños al humor absurdo y surrealista, siendo estos gags de los más graciosos de la película:

Cuando Tom Hanks tiene que pedir el crédito, se lo pide a un crío que no debe de medir ni un palmo, con pinta de mafiosete, arrogante y chulo.

La obra, con el encargado que dice que tardarán "2 SEMANAS", y toda la trup de obreros, como unos 100 obreros trabajando, una crítica muy poco sutil de lo aprovechados que suelen ser ese tipo de colectivos como albañiles, carpinteros, fontaneros. Al final de la pelí la pareja se conoce el nombre y la vida de cada obrero.

La destrucción de la casa con vehículos de guerra, el taxi con las lucecitas.