Sin duda una de las películas que han marcado mi vida. Quizás a mi manera de ver es el otro lado de América Latina, fuera de los tópicos del "latin lover", playa, sol y salsa. Es un reflejo fidedigno de la realidad latinoamericana, pero a su vez del rostro humano que se esconde detrás de los cuadros estadísticos.

Para mí simbolizó un reencuentro con ese humanismo que en el vaivén de la sobreviviencia vamos dejando atrás, convirtiéndonos en monstruos consumistas e individualista sin un sentido de la solidaridad.

Las actuaciones de Fernanda Montenegro fueron geniales, quizás muchos somos como ella y hay distintas situaciones que nos hacen volver a reencontrarnos, en la película ella se vuelve a reencontrar consigo mismo, a reconciliarse y brindarse una nueva oportunidad de tener una vida mejor.

Altamente recomendable.