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España España · A Coruña
Voto de Carli:
10
Drama “La Gaviota” es un caserón situado en las afueras de una ciudad del norte de España. En ella viven Agustín, médico y zahorí, su mujer, maestra represaliada por el franquismo, y su hija Estrella. La niña, desde su infancia, sospecha que su padre oculta un secreto. (FILMAFFINITY)
3 de abril de 2018
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a tratarse de una obra inacabada, "El sur" constituye una de las cumbres de la cinematografía española. Erice demuestra una sensibilidad insólita en el cine español, en el que todavía hoy ningún director ha sido capaz de acercarse a ese lirismo visual que invade la escasa filmografía del cineasta vasco.

Erice, a raíz de una historia de Adelaida García Morales, narra y explora la infancia y adolescencia de Estrella(con una voz en off de la protagonista años después), una niña que venera y admira a su padre, considerándole un ser superior, capaz de hacer cosas imposibles para otras personas. Poco a poco ella irá descubriendo que sabe muy poco del pasado de su progenitor, que al parecer tuvo un amor en el sur que le dejó marcado de por vida. La película, pese a desarrollarse en el norte, evoca en todo momento al sur, ese lugar del que nunca se habla en casa de la joven Estrella. Él, víctima de la melancolía y la añoranza de las cálidas tierras a las que hace referencia el título, nunca podrá dejar atrás sus recuerdos. Los secretos y los silencios dominan la rutina y el ambiente cotidiano del día a día. Los padres, represaliados republicanos, son mostrados como personas obligadas a abandonar su vida anterior, llevando una vida triste y repleta de soledad, ya que estos personajes todavía no han sido capaces de olvidar esa tragedia que fue la Guerra Civil.

Los planos recuerdan a pinturas de Velázquez, Vermeer o Caravaggio, espacios en completa penumbra donde a través de las ventanas irrumpen unos pequeños rayos de luz. Y es que esa oscuridad nunca termina de abandonar a los personajes de las obras del autor de Vizcaya. El silencio es utilizado por el director español como algo enigmático, impregnando a la cinta de cierto misticismo. Su lento tempo narrativo y la insistencia en mostrar primeros planos de los rostros evoca a trabajos de Mizoguchi u Ozu.

El filme toca muchos temas, como el paso del tiempo, el pasado del que nunca se puede huir o la inocencia que tienen los niños durante la infancia. El mayor mérito de Víctor Erice es crear algo tan mágico y a la vez tan triste. La relación entre Agustín y su hija es de las cosas más bonitas que se hayan visto en el cine patrio. Quedan escenas para el recuerdo como el pasodoble bailado entre padre e hija durante la comunión de ésta, o también cuando Estrella descubre la verdad sobre Agustín en un cine de una ciudad de provincias. Un ejercicio cinematográfico a reivindicar y un autor del que siempre tendremos que estar agradecidos. Erice, pese a su escasísima filmografía, juega en la liga de los grandes, en la de los Tarkovsky, Bergman, Hitchcock, Buñuel y compañía.

Gracias por esta joya, Erice.
Carli
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