Lo mejor que puede ocurrirte si te extravías en una remota isla tahitiana es que te tropieces con un piloto desinhibido y carismático como es Harrison Ford, y que comanda una birria de avioneta, pero capaz, muy capaz, de llevarte hasta buen puerto…

Y si tú tienes los ojos azules, pero muy azules, le miras con retintín y cuestionas su pericia la previsión de romance sube a un nivel considerable. Aderézalo además con un barco de piratas anclados en este siglo, una bengala de auxilio malgastada ante el peligro, seis días y siete noches y el pack ya estará completo.

Pero sobre todo ¡ah! no tiene desperdicio ver a nuestro héroe confesando su edad con socarronería o verle disfrazado de choza vegetal andante con tal de salvar a su chica. Y si encima la libra de una especie de trucha impertinente en el bañador, ejem, eso ya es el top (frente a unas cascadas de ensueño).

En serio, es una película perfecta para el verano, del director de “Los cazafantasmas” que, en este caso, nos captura a nosotros devotos espectadores de la pantalla. Y es que, si nuestra vida es demasiado sencilla lo mejor que podemos hacer es complicárnosla ;)