Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Recuerdo:
8
Drama Drama familiar. Cuando Zach entra en la adolescencia y descubre que es diferente a los demás, reprimirá sus tendencias más profundas para no perder el amor de su padre. Entre 1960 y 1980, vive rodeado de sus hermanos, de Pink Floyd y los Rolling Stones, los porros fumados a escondidas, las grandes y pequeñas discusiones. Pero, sobre todo, lo que Zac busca es poder mantener la relación con su padre. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La locura de C.R.A.Z.Y. se escucha a treinta y tres revoluciones por minuto, al son de un destrozado vinilo de importación. Las imágenes flotan en un aire perturbado por las inclemencias de un paso del tiempo, todavía sin clarificar. Su eje central es el pecado presente de no poder entender los símbolos, de una masculinidad impuesta. Esa que rebota una y otra vez, en una rebeldía apocada. Disminuida por el ejercicio de un exterior demasiado gélido, para ser fácilmente pasto de una droga consumida. Esa que contraerá matrimonio con el más allá, cuando las respuestas buscadas den vida a lo que al principio era únicamente una denostada confusión. Una extrañeza de un misterio de un don curador de heridas ajenas. Las propias eran parientes cercanos de unos momentos salpicados de gritos y, resonancias de una música saboreada. La misma que dará sentido a unas vidas llamadas por el eco, de la simple comprensión. La de cinco letras con el nombre de una sangre, proveniente del mismo cordón umbilical. El de una madre y el de un padre bajo los altos techos de un catolicismo cumplidor. Y… y un varonil peso desquiciante. Soñador en su desquite. La realidad en sí.
Recuerdo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow