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Voto de Mouguias:
8
5,9
785
Comedia. Romance. Fantástico
Harry Telemacher (Steve Martin), un estrambótico hombre del tiempo, cree que su vida sería perfecta si no fuera por su imprevisible novia, una fanática de la moda. Un día de sol radiante y contaminación espesa, el mensaje de una señal electrónica de autopista le cambia la vida, lanzándolo a un frívolo idilio con una joven y bella rubia. (FILMAFFINITY)
10 de junio de 2009
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encanta. Sencillamente, esta película me encanta. La vi hace años en televisión y no paré hasta conseguirla en DVD. El caso es que no sé por qué diablos me gusta tanto. Viene a ser una comedia, una parodia de los tópicos sobre Los Ángeles, California y Hollywood. Los chistes tienen poca gracia, para qué mentir. Y sin embargo...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Creo que hay algo más, que bajo la risa se esconde una intención seria. Por ejemplo están las alusiones a Shakespeare. En apariencia son pura broma, como la escena que parodia el diálogo del sepulturero con Hamlet. Sin embargo la escena sigue conmoviendo, las palabras son exactamente las mismas que en una representación seria y están dichas con el mismo sentimiento. ¿Será que no hay chiste alguno?
Hay algo que no sé explicar, algo misterioso en esta obra. La escena final, cuando los protagonistas hablan con el poste indicador de tráfico, me pone la carne de gallina. No exagero: me la pone de verdad. La ocurrencia de un poste parlante es una bobada, en apariencia, y sin embargo resulta un elemento conmovedor, poderosísimo. Cuando el poste está a punto de hablar, por ejemplo, la cámara repara en que se levanta una brisa, que agita los árboles junto a la calzada. Es un detalle que recuerda el Antiguo Testamento, cuando el espíritu de Dios se manifiesta antes de inspirar un oráculo.
En fin, debo de parecer un chiflado. Qué se yo, esto de los gustos es algo muy personal. Me consuela que, repasando otros comentarios por ahí, descubro que no soy el único en conmoverse ante esta comedieta olvidada.
Hay algo que no sé explicar, algo misterioso en esta obra. La escena final, cuando los protagonistas hablan con el poste indicador de tráfico, me pone la carne de gallina. No exagero: me la pone de verdad. La ocurrencia de un poste parlante es una bobada, en apariencia, y sin embargo resulta un elemento conmovedor, poderosísimo. Cuando el poste está a punto de hablar, por ejemplo, la cámara repara en que se levanta una brisa, que agita los árboles junto a la calzada. Es un detalle que recuerda el Antiguo Testamento, cuando el espíritu de Dios se manifiesta antes de inspirar un oráculo.
En fin, debo de parecer un chiflado. Qué se yo, esto de los gustos es algo muy personal. Me consuela que, repasando otros comentarios por ahí, descubro que no soy el único en conmoverse ante esta comedieta olvidada.