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España España · Valladolid
Voto de Alberto Monje:
6
Intriga. Drama Scotland Yard recurre a Sherlock para resolver un peculiar caso que tiene que ver con el hijo de un ministro y ciertas imágenes desfiguradas de Margaret Thatcher. Primer episodio de la cuarta temporada de "Sherlock". (FILMAFFINITY)
3 de enero de 2017
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
El final de la tercera temporada de Sherlock fue tan sorprendente como perfecto. Cuando todos pensábamos que Moriarty ya pertenecía al pasado, volvió (o no) de la manera más terrorífica posible. Los creadores de la serie se dieron un tiempo, han necesitado tres años para retomarla desde donde lo dejaron. El capítulo especial de Navidad del año pasado sirvió para hacer más corta la espera. Sin embargo, por fin ha vuelto nuestro detective privado favorito.

En este primer capítulo de la cuarta temporada, Sherlock (Benedict Cumberbatch) descubre que varios bustos limitados de Margaret Thatcher están siendo destruidos por todo el país. La intriga del detective irá en aumento y todo, parece ser, le lleva a la misma persona: Moriarty.

Puede ser que la épica del final de la tercera temporada hiciera creer a los fans que toda la cuarta iba a discurrir por el mismo camino. Pensaban sus tres capítulos iban a consistir en una lucha sin fin de Sherlock contra Moriarty. Pero no es así. La sombra de Moriarty deambula por todo el episodio, pero nunca aparece (real o metafóricamente). La serie vuelve a consistir en capítulos de un caso autoconclusivo que hace avanzar al argumento general de la ficción.

Sin embargo, si no te esperas nada de la temporada, si simplemente te dejas llevar por Cumberbatch y Freeman, Sherlock se muestra en todo su esplendor. La serie vuelve a su tono habitual que junta el mejor misterio con la mejor comedia. A lo largo del capítulo, los personajes se desesperan porque Sherlock no les hace caso, twittea sin parar y se fija en detalles, a priori, insignificantes. Benedict Cumberbatch vuelve a mostrarnos el mejor Sherlock posible: un sociópata con una mente retorcida, pero con una humanidad que poco a poco se deja ver. El misterio, banal en un principio, será más trascendental de lo que cualquiera se imagina. Pero no nos metamos en territorio spoiler.

El protagonista reflexiona durante todo el capítulo sobre lo inevitable. ¿Será una metáfora sobre lo que le espera en los próximos dos episodios? ¿Será su encuentro con Moriarty inevitable? ¿Será el plan póstumo de Moriarty ineludible? ¿Realmente el plan de Moriarty es póstumo? Demasiadas preguntas que dejan el final de la tercera temporada todavía en otro misterio todavía sin resolver.

Sin duda, lo que le viene encima a Sherlock, y a toda su audiencia, es brutal. Nadie sabe cómo puede seguir la serie. Todos tienen confianza absoluta en Steven Moffat, su creador y guionista, para que nos deleite con otros dos grandes capítulos. Por ahora, quizá haya comenzado demasiado despacio. Quizá hay quien se esperara más. Puede ser. Sin embargo, seguro que lo que viene cautivará a una audiencia ya enamorada de ese héroe moderno llamado Sherlock.

Tal y como comienza Cumberbatch este primer capítulo: “Siempre sé cuando ha comenzado el juego”. Y este, ya ha comenzado.
Alberto Monje
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