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Drama
Nana (Kelyna Lecomte) es una niña de cuatro años que vive con su madre en una casa en el bosque. Una tarde, cuando vuelve del colegio, descubre la soledad: su madre no está y todo es silencio. A partir de entonces no tendrá más remedio que arreglárselas por sí misma, utilizando su precoz libertad para adueñarse del mundo. (FILMAFFINITY)
22 de noviembre de 2012
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta cumple con muy buena nota en su área técnica: a la buena realización, excelente fotografía y montaje minucioso cabe sumarles una cámara de actitud estática con mirada propia. Si bien su inicio es prometedor, el desarrollo no lo es tanto: la impecable técnica (que provoca admiración) no está a la altura de su particular propuesta narrativa (que genera pereza).
Aunque el espíritu de Tarkovski sobrevuela los mejores tramos de película, muchos de sus planos secuencia pasan de ser largos a insoportables, sumergiéndote en un abismo profundo que apenas logra dejar eco alguno. Entregar todo el peso y la responsabilidad a una niña entraña un riesgo con fácil tendencia al distanciamiento entre emociones y espectador.
Un cambio brusco e inteligente hacia lo macabro consigue despertarte del letargo casi una hora después de comenzar, pero es entonces cuando la directora decide poner punto y final a su película. Había vida después de la curva, pero no la giró.
‘Nana’ es tan bella e interesante como cansina y soporífera. Creo entender la absoluta relevancia que hay en la imitación de los pequeños hacia los gestos y palabras de sus mayores, pero no hacía faltar dotar dicho mensaje con ese excesivo toque de pedantería.
Aunque el espíritu de Tarkovski sobrevuela los mejores tramos de película, muchos de sus planos secuencia pasan de ser largos a insoportables, sumergiéndote en un abismo profundo que apenas logra dejar eco alguno. Entregar todo el peso y la responsabilidad a una niña entraña un riesgo con fácil tendencia al distanciamiento entre emociones y espectador.
Un cambio brusco e inteligente hacia lo macabro consigue despertarte del letargo casi una hora después de comenzar, pero es entonces cuando la directora decide poner punto y final a su película. Había vida después de la curva, pero no la giró.
‘Nana’ es tan bella e interesante como cansina y soporífera. Creo entender la absoluta relevancia que hay en la imitación de los pequeños hacia los gestos y palabras de sus mayores, pero no hacía faltar dotar dicho mensaje con ese excesivo toque de pedantería.