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España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
8
Ciencia ficción. Drama Cuando naves extraterrestres comienzan a llegar a la Tierra, los altos mandos militares piden ayuda a una experta lingüista (Amy Adams) para intentar averiguar si los alienígenas vienen en son de paz o suponen una amenaza. Poco a poco la mujer intentará aprender a comunicarse con los extraños invasores, poseedores de un lenguaje propio, para dar con la verdadera y misteriosa razón de la visita extraterrestre... Adaptación del relato ... [+]
1 de febrero de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La llegada (Arrival)

“Puedo pensar en cien motivos para tomar una decisión, pero los motivos que importan son aquellos en los que no puedo pensar.”

Veo con verdadera emoción de principio a fin esta hipnótica película, sin poder apartar un segundo la vista y mi atención, casi obsesiva, de la pantalla. Denis Villenueve, este ya casi cincuentón director canadiense, autor de fascinantes creaciones como "Sicario", "Enemy" o la subyugante y extraordianaria "Incendies", basada en la obra teatral de Wajdi Mouawad y representada con gran éxito en medio mundo, nos demuestra una vez más que es dueño de un universo propio e intrasferible, extrañamente turbador, poéticamente hermoso y de ese magnetismo que distingue a determinados cineastas tocados con la gracia de una prodigiosa imaginación.
"La llegada" es una cinta de ciencia ficción absolutamente sorprendente, sobria, que no abusa, y se agradece, de los efectos especiales -y menos aún de la socorrida técnica digital (genital, bromeaba un entrañable amigo), huye de los estereotipos, evita el discurso prentencioso y grandielocuente, crea una atmósfera envolvente, sugestiva, que termina por atraparte sin remedio. Villenueve imprime a su historia un ritmo lento, sosegado, no acelera innecesariamente y se vale de manera inteligente del tiempo justo que cada escena requiere. Existe en el desarrollo del relato una carga emotiva profundamente humana que aflora inexorable por cada rendija a lo largo de su cautivadora y brillante trama: el lenguaje como hilo conductor del entendimiento, la fragilidad de nuestra existencia, los infinitos interrogantes que escapan a nuestra comprensión o la urgente e insoslayable necesidad que apremia a la especie humana para ponerse de acuerdo.
Es innegable que flota en el aire aquella fragancia, siempre refrescante, del mejor cine de Kubrick ("2001: Una odisea en el espacio"), Spielberg ("Encuentros en la tercera fase") o Nolan ("Interstellar"), lo que lejos de suponer un lastre le añade valor, carisma y ese raro equilibrio tan infrecuente en este tipo de películas.
Y qué decir de esa grandísima actriz, hoy en el cénit de sus esplendorosos 43 años, Amy Adams, nacida en Italia de padres norteamericanos y residente actualmente en New York, a la que ya vimos en la estupenda "American Hustle" o en "La duda" y que muchos seguramente recordarán interpretando a Louise Lane en una de las versiones de Superman. En un filme donde los diálogos son parcos y espaciados, ella respira en plenitud por cada poro de la piel, se expresa magistralmente con los gestos y la mirada para transmitirnos amor, dolor, pasión, alegría, angustia, esperanza, tristeza y todos aquellos sentimientos que hieren o alivian cada rincón del alma.
A pesar de cierta complejidad argumental, les recomiendo vehementemente, mis improbables lectores, que vayan a verla, tomen asiento, relájense y déjense llevar, no se hagan demasiadas preguntas y disfruten de esta exótica maravilla. Solo es ciencia ficción, como todo en el cine, las mismas historias basadas en hechos reales contienen una buena parte de invención e incluso las más rigurosas y exigentes biografías no podrían realizarse sin su indispensable dosis de fantasía, pero la ficción, amigos míos, para poder levantar el vuelo, precisa de las alas poderosas del talento, la elegancia y la sutileza que, en esta ocasión, impulsan a Villenueve.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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