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Voto de Rómulo:
6.415
Drama. Comedia
Los tres hijos, ya adultos, de un arisco artista neoyorquino se enfrentan a la difícil relación que tienen con su padre y entre ellos. La familia tenía a sus miembros separados, pero se reúnen para un evento que celebra la obra artística de su padre. Allí surgirán conflictos familiares. (FILMAFFINITY)
19 de abril de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Meyerowitz Stories
Me gustó muchísimo “Historia de un matrimonio” del director y guionista Noah Baumbach. Y ahora, la muy diversa y nutrida filmoteca de Netflix me ofrece de nuevo la oportunidad de ver otra de sus estupendas realizaciones: “The Meyerowitz Stories”, en la que, como ya es habitual, Baumbach se erige como único responsable al dirigir y escribir el guion de su obra.
La película es una especie de comedia dramática, donde los conflictos y desaveniencias familiares, los desencuentros y sentimientos de culpa, afloran después de largos años de incubación. El paso del tiempo -inseparable compañero de viaje de todos nosotros- hace que esa ponzoñosa mezcla de dependencia, afecto y resentimiento acumulados sea más desgarradora en su inminente explosión final.
Este es el relato, uno más, de un estrepitoso fracaso familiar. Dos hombres y una mujer en edad madura, hijos de un viejo escultor vanguardista que saboreó las mieles del éxito en un pasado que ya se advierte lejano, ensimismado en su propio mundo, amoral, nostálgico y egocéntrico, deberán enfrentarse a sus contradictorias emociones ante el probable fallecimiento de su padre. Y es ahí, ante la presencia cercana de la muerte de su progenitor, cuando lacerantes traumas paterno-filiales emergen a la superficie con toda su amarga carga de frustración y rabia.
Digamos que esta muy recomendable película adolece de cierto aire convencional y que tampoco es la primera vez que vemos en la gran pantalla -con mayor o menor fortuna- la exposición y desarrollo de este tipo de colisiones domésticas. Pero la intervención de actores de la talla de Dustin Hoffman, Adam Sandler, Ben Stiller o Emma Thompson -vaya lujo-, la hacen veraz, emotiva, la sostienen y elevan a una altura que tal vez no hubiera alcanzado con otro elenco menos excitante y poderoso.
Y aunque Baumbach estampa su reconocible sello, elige su propia música e imprime su muy particular estilo, este cronista no puede evitar escuchar algunos ecos reminiscentes del cine de Woody Allen o, posiblemente, no lo sé, sea yo, mis improbables lectores, eterno cautivo de mi imaginación incondicionalmente sometida a la genialidad del cineasta neoyorkino.
Emilio Castelló Barreneche
Me gustó muchísimo “Historia de un matrimonio” del director y guionista Noah Baumbach. Y ahora, la muy diversa y nutrida filmoteca de Netflix me ofrece de nuevo la oportunidad de ver otra de sus estupendas realizaciones: “The Meyerowitz Stories”, en la que, como ya es habitual, Baumbach se erige como único responsable al dirigir y escribir el guion de su obra.
La película es una especie de comedia dramática, donde los conflictos y desaveniencias familiares, los desencuentros y sentimientos de culpa, afloran después de largos años de incubación. El paso del tiempo -inseparable compañero de viaje de todos nosotros- hace que esa ponzoñosa mezcla de dependencia, afecto y resentimiento acumulados sea más desgarradora en su inminente explosión final.
Este es el relato, uno más, de un estrepitoso fracaso familiar. Dos hombres y una mujer en edad madura, hijos de un viejo escultor vanguardista que saboreó las mieles del éxito en un pasado que ya se advierte lejano, ensimismado en su propio mundo, amoral, nostálgico y egocéntrico, deberán enfrentarse a sus contradictorias emociones ante el probable fallecimiento de su padre. Y es ahí, ante la presencia cercana de la muerte de su progenitor, cuando lacerantes traumas paterno-filiales emergen a la superficie con toda su amarga carga de frustración y rabia.
Digamos que esta muy recomendable película adolece de cierto aire convencional y que tampoco es la primera vez que vemos en la gran pantalla -con mayor o menor fortuna- la exposición y desarrollo de este tipo de colisiones domésticas. Pero la intervención de actores de la talla de Dustin Hoffman, Adam Sandler, Ben Stiller o Emma Thompson -vaya lujo-, la hacen veraz, emotiva, la sostienen y elevan a una altura que tal vez no hubiera alcanzado con otro elenco menos excitante y poderoso.
Y aunque Baumbach estampa su reconocible sello, elige su propia música e imprime su muy particular estilo, este cronista no puede evitar escuchar algunos ecos reminiscentes del cine de Woody Allen o, posiblemente, no lo sé, sea yo, mis improbables lectores, eterno cautivo de mi imaginación incondicionalmente sometida a la genialidad del cineasta neoyorkino.
Emilio Castelló Barreneche
