Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
8
Drama. Western Brady, joven estrella del rodeo y talentoso entrenador de caballos, sufre un accidente que le incapacita para volver a montar. Cuando vuelve a casa se da cuenta de que lo único que sabe y quiere hacer es montar a caballo y participar en rodeos, lo que le frustra vitalmente. En un intento por retomar el control de su vida, Brady emprende un viaje en busca de una nueva identidad y del significado de lo que es ser un hombre en el corazón de América. (FILMAFFINITY) [+]
8 de octubre de 2018
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Rider

Todo lo que sabía sobre el mundo del rodeo y la doma de caballos procedía de las películas de vaqueros y algún documental, es decir, poca cosa. Pero la formidable narración que ha construido la directora y guionista Chloé Zhao, nacida en Beijing pero formada en Gran Bretaña y EE.UU., es una revelación que me ha dejado boquiabierto, tales son el originalísimo guión y la potente puesta en escena que esta inteligentísima joven ha llevado a la gran pantalla.
Todos los personajes que intervienen en su película -pensada a la manera de un documental- son reales, se interpretan a sí mismos con sorprendente naturalidad y éste tal vez sea el mayor acierto de nuestra realizadora. El principal protagonista es Brady Jandreau, conocido ex domador de caballos y jinete de rodeo, al que veremos en su entorno natural, acompañado de su padre, jugador, bebedor y manirroto, que sobrevive a duras penas, de su hermana, afectada de una severa discapacidad y a la que cuida amorosamente así como rodeado de algunos compañeros de profesión, uno de ellos tetrapléjico a consecuencia de una caída mientras montaba un toro bravo.
Porque bajo las brillantes luces del espéctaculo, tras las bambalinas de esa seductora destreza, subyace un mundo sombrío, muy duro, espantosamente árido como el desierto de Dakota del Sur que les vio nacer. La vida de estos chicos, sin apenas formación, no es otra que el rodeo y la doma de caballos, no conocen otra cosa. Zarandeados como guiñapos, sufren terribles caídas, en ocasiones mortales y los golpes, pisotones y todo tipo de accidentes hacen que no puedan continuar ejerciendo su profesión demasiado tiempo.
Zhao se ha inventado una cinta fascinante, en momentos de un gran lirismo; duele la cruda realidad que nos cuenta, respira veracidad, bocanadas de pura vida, la música country nos sitúa en ese santuario profundamente rural y fotografía con admirable maestría la belleza del desolado paraje.
Y alrededor del crepitar de una fogata, los vaqueros beben, cantan al son de la guitarra, sueñan y evocan sus hazañas más memorables mientras, a lo lejos, el relincho de una yegüa salvaje rompe la paz de la noche.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow