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España España · sevilla
Voto de Jlamotta:
4
Terror Josh y Renai Lambert se han mudado con sus hijos a la casa de Lorraine, la madre de Josh, esperando olvidar el pasado y comenzar una nueva vida. Pero pronto la familia empieza a percibir extrañas visiones y fenómenos amenazantes que los obligarán a desentrañar un oscuro secreto. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2013
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que hay que saber antes de ver Insidious Chapter 2, es que habrá una tercera parte, lo que deja muy claro el sentido y función de esta segunda entrega. A James Wan le gustan las secuelas, como demuestran Saw (de la que existen hasta ahora siete continuaciones), su asociación con Oren Peli (Paranormal Activity lleva cuatro de momento) y su inclusión como director en la séptima parte de la franquicia The Fast And The Furious. El joven director malayo debutó con un film australiano de terror de bajo presupuesto llamado Stygian, pero no fue hasta tres años después, con el cortometraje Saw, cuando fue el objeto de todas las miradas de Hollywood. El resto de la historia ya la conocemos. Saw (2004), Dead Silence (2007), Death Sentence (2007), Doggie Heaven (2008), Insidious (2011), The conjuring (2013) y, actualmente, Insidious Chapter 2. Para mi, su película más disfrutable es Death Sentence, con un estupendo Kevin Bacon, donde consigue componer una historia de venganza clásica con un desprejuiciado sentido de la puesta en escena y de la violencia. Era una película libre, sin ataduras ni grandes aspiraciones comerciales debido a su nada brutalidad. Sin embargo, en la incomprensiblemente valorada primera parte de Insidious, todas esas virtudes (que también exhibió en la primera parte de Saw) se diluyeron como un azucarillo. Se esfumaron. Era otro. Era, como no, parte de la maquinaria industrial estadounidense que castra y adiestra a directores foráneos con talento. No te quieren por lo que eres, sino por lo que puedes llegar a representar bajo sus instrucciones. Dicha primera parte versaba sobre la desgastada temática de casas encantadas y exorcismos, además de niños poseídos por fuerzas malignas y padres que no comprendían nada. Nada nuevo bajo el sol, solo otro proyecto de terror de bajo presupuesto y una tanda de trailers bien realizados que conseguirían el primordial objetivo de recuperar lo invertido en la película multiplicado por bastante más, además de tantear la posibilidad de seguir explotando la idea en futuras secuelas. La futura secuela es ya una realidad y se llama Insidious Chapter 2. Y hace gala de los mismos defectos de la primera parte pero, paradójicamente, multiplicados por bastante más. Lo más importante es que el propio Wan y cía parecen haber olvidado que el final de la película original dejaba a un personaje en una posición algo complicada, por así decirlo. Sin embargo, es como si esos segundos finales jamás se hubieran rodado, porque los personajes deambulan de un lado para otro sin tener ni idea de que se cuece durante demasiado tiempo. Tiempo en el que nosotros si que conocemos detalles que les son negados a los personajes. Si esto se utilizara como arma arrojadiza a nivel narrativo, el público se sentiría incluido en la historia, partícipe, tejiendo una especie de alianza secreta con Wan. Pero no solo no es así sino que debemos observar durante una eternidad como todos se preguntan que demonios ocurre en la casa. Y nosotros con cara de tontos.

No solo es que el film tarde en arrancar una eternidad, sino que cuando lo logra, vuelve a caer en una sarta de tópicos usados hasta la extenuación. El tema de las puertas que chirrían es digno de estudio. Todas, absolutamente todas las puertas de la casa chirrían y son utilizadas una y otra vez como elemento de terror. A alguien le debió parecer la solución del millón de dólares y decidieron aprovecharla a lo grande. Luego están los típicos planos engañosos que, bueno, se deja pasar porque forma parte de la construcción de la escena, aunque pequen de una falta de originalidad sonrojante. Pianos que se tocan solos una docena de veces, como si tres no fueran suficientes. Música constante y machacona, que no deja un segundo de respiro y termina por agotar, producto del hastío. Y, claro está, los sustos. Porque una película como está no estaría completa sin los obligatorios sustos cada cinco minutos, el 90% de ellos falsos, como mandan los cánones. Estos RECURSOS (en mayúsculas porque cuando se utilizan tanto pierden su función original y se transforman casi en estructura narrativa, con todo lo malo que ello conlleva) prácticamente sustituyen cualquier conato de guión. Es como unir los puntos. Uniendo recursos fáciles, se podría llegar al final de la historia. Realmente la saga Scary Movie tiene material de sobra aquí. Lo peor es que la película se gusta, se regodea en sus giros de guión y soluciones rápidas. Por no hablar de unos personajes caricaturescos que no paran de equivocarse una y otra vez para que, oh magia, eso de pie a nuevas posibilidades de sustos. En esa maldita casa ocurre de todo y ni un solo personaje, ni uno, tiene el sentido común de pensar que lo mejor es salir de allí a toda prisa. Alguien quiere matarlos y ellos se dedican a correr por pasillos oscuros y meter la mano por lugares que no ven. Esa exasperante estupidez es la que los convierte en juguetes del guionista, en lugar de personajes con los que uno pueda sentir un mínimo de empatía.

Sigo en spoiler sin ser spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jlamotta
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