Me propuse escribir una crítica sobre esta película, pero me temo que me será totalmente imposible ser objetiva. Yo, amante de los musicales ante cualquier cosa y futura directora/actual intérprete de ellos, no he podido resistirme al encanto de esta película, desde el gran John Cameron Mitchell como director/guionista/protagonista hasta las canciones/fragmentos de la vida de Hedwig, pasando por esa concepción del amor prediseñado rescatado de la cultura griega, en palabras de Platón. Ningún tema sobra, no nos encontramos con el típico musical cuyas canciones llenan un vacío argumental doloroso, si no que encontramos canciones cojonudas que solo sirven para terminar de llenar la historia y de darle color, por no hablar de los personajes, cada uno con sus fracasos, especialmente Hedwig, cuya lista de desgracias parece no acabar nunca.

Entretenida, divertida, con el aura de Broadway inundándolo todo, 10 estrellitas para ella, y, sobre todo, 10 estrellitas para John Cameron Mitchell. Que joder, es un artista con mayúsculas.