La BBC es una cadena peculiar. No es que haya visto cientos de sus series, pero tampoco he visto precisamente pocas. Y, curiosamente, nunca me he topado con ninguna que me haya dejado con mal sabor de boca.

Preferí ir sin adelantos de ningún tipo. Ni idea del argumento ni de la opinión de la gente que ya había visto el primer capítulo. Vamos, que me tiré a la piscina sin saber si había agua, y lo cierto es que no me arrepiento.

No quiero hacer spoiler, y aunque siempre tengo la opción de hacerlo, lo detesto. Respeto que haya gente que quiera hacerse spoiler, pero no me gusta fomentarlo. Así que sin ser demasiado específica para no decir lo que no debería, me gustaría puntualizar que me ha parecido una serie correctísima, incluso bastante más que eso, y con una ambientación que he encontrado impecable. Otro dato que me encantaría destacar es el hecho de utilizar una banda sonora totalmente fuera de lugar; vamos, como el caso de la María Antonieta de Sofia Coppola, música contemporánea fuera de nuestro tiempo.

Destacar, por último, a dos actores que suelo encontrar impecables: por un lado, Sam Neill, que no tengo queja con él desde aquel Wolsey de The Tudors, y por el otro, el siempre fascinante Cillian Murphy.

Esperemos a la nueva temporada, porque esta serie promete, y mucho. Excelente.

Desde que tengo uso de razón que mi cara cambia cuando alguien menciona el cine irlandés. No sé por qué, pero el 80% de las películas irlandesas tienen un nosequé que verdaderamente me termina por enamorar. Y puede que esté siendo demasiado clasista, pero Ondine no rompe con esa norma.

Un pescador, una mujer sacada de las entrañas del mar, una niña empeñada en creer en lo que los demás se niegan a imaginar. Una realidad escondida dentro de un cuento para niños. Según se va desarrollando la película, más atrayente la encuentro.

Y antes de comenzar a hacer spoiler, que aunque pueda hacerlo me niego, dejo esta crítica con un notable y un buen sabor de boca - especialmente por las risas que me pude echar en Internet leyendo a la gente maravillada con la capacidad de Colin Farrell para imitar el acento irlandés cuando él ES irlandés -. Ocho estrellitas.

Dicen de ella que es una película mítica, imprescindible...
Pues yo os digo: depende de para quien.

Soy de esas personas que está enamorada de Quadrophenia desde el primer momento en el que la vio - de hecho, no tardé en comprármela original -, pero lo que yo opine sobre ella no tiene absolutamente nada que ver en la forma objectiva con la que veo las cosas, y es que, admitámoslo, la película, aunque ya de buenas a primeras no es como para echar cohetes, va decayendo de una forma horripilante. Si a eso le sumamos que en VO me ha costado tela entender a los actores por sus acentos y que en la versión doblada no sé por qué hay escenas que ni se han limitado en traducir, nos queda algo que, si no tenemos en cuenta todo lo que su argumento conlleva, la importancia que para los fans de The Who tiene y que su banda sonora es chapeau, nos queda en un aprobado por los pelos o incluso en un suspenso.

Pero veámoslo desde otra óptica...los mods, los rockers. Ellos, le pese a quien le pese, son las bases de la gran mayoría de movimientos estéticos/musicales aprovechables de hoy en día. Fueron una generación particular, algo que probablemente no se volverá a repetir nunca, o dentro de muchísimo tiempo. Es algo que, sí, debéis admitir, la película lo refleja cojonudamente bien; los mods no eran más que rockers con otra ropa y otras motos. Tan diferentes y tan iguales. Tan influyentes.

Y sí, como ya he dicho al principio, yo soy de esas personas que ama Quadrophenia; soy una de esas mods fuera de tiempo, fan de The Who. Yo soy una de esas que le rinde culto a esta película, que puede que se lo merezca y puede que no, pero que a mi me deja rendida.

Probablemente es la película más infravalorada que he visto en mi vida. Es cierto que muchas escenas podrían acortarse bastante para no ser tan pesadas, pero realmente, la he encontrado de lo más fascinante en toda su extensión y jamás podré comprender las malas críticas. Que vale, sí, tal vez mucha gente está en contra de ella por el hecho de que es una cinta que "humaniza" bastante la imagen de Mark David Chapman - por no hablar de todos los fans de John Lennon que se lo tomaron como una auténtica ofensa, aunque yo no podría decir nada apoyando esta idea porque no es muy buena imagen la que se nos da, dicho sea.

En primer lugar, me gustaría destacar de esta película todas, absolutamente todas las alusiones al Guardián entre el Centeno, desde su título hasta los patos de Central Park. Tal vez ayuda mucho que sea mi libro favorito, pero no es de estas veces que se llega a hacer pesado, es una buena visión de como este personaje pensaba en su imaginación que era el protagonista del libro, que todo lo allí escrito era lo que él mismo había hecho, o lo que él mismo iba a hacer.

En segundo lugar, como la película se va levantando poco a poco hasta llegar a un momento álgido que realmente apasiona. Lo cierto es que no tengo ni idea de otros trabajos de este director, pero al menos esta película la ha sabido llevar bastante bien.

Y, por último, y para mi más importante, Jared Leto, que, al igual que la película, es uno de los actores más infravalorados que conozco. Que a sus 41 años haya recibido su primer premio como actor este año es algo bastante increíble, pues ya querían muchos actores - muchos de ellos incluso oscarizados - haces los papelones que se marca este hombre muchas veces - el de Mark David Chapman incluído -, si hablar de todos los sacrificios que ha hecho por muchos de los personajes que ha interpretado.

Así que no me mortifiquen, pero esto es lo que pienso. Respeto si lo comparten o no - y espero que hagan lo mismo -, pero había que decirlo.

Fascinante película que, a mi parecer, tiene un gran impacto visual con sus contrastes, planos y movimientos.

Increíble debut de Cronenberg Jr., que ha demostrado ser buen merecedor de su apellido - ya que ciertamente es imposible no hacer ninguna clase de relación al invadir ese apellido nuestro cerebro -.
Aunque utilizando un tema bastante explotado - el de la sociedad inconsciente, amoral y retorcida -, Brandon Cronenberg consigue darle una nueva ojeada cargada de frescura y que, ya mientras la estás viendo, te hace pensar en volver a verla lo antes posible. Eres incapaz de apartar los ojos de la pantalla, lo que, al menos para mi, es bastante difícil de conseguir, al menos, durante todo el metraje - he de decir que la vida del blogger no es nada fácil cuando no se está con los ojos clavados en lo que tú y los demás escriben en la determinada plataforma que uses -.

Brillante.