La he visto por ellos, porque Chastain & Elba son dos de los grandes actorazos de este siglo.

Jessica es en esta ocasión Molly, a la que enjuicia el FBI por sus partidas clandestinas de póker y por eso tiene que contratar a Idris Elba como su abogado.
Decir que estos dos grandes monstruos de la interpretación se comen la película, en dos papeles que se pierden en lo literalmente trepidante de la narración en un tema que realmente solo a los amantes del juego y del póker precisamente creo que interesará y en los pequeños entresijos y mafias de este mundillo.

Molly se ve atrapada en un momento determinado de la película, donde el propio Sorkin no sabe si su personaje va y viene y resulta estar tan perdida en que si el grupo de actorzuelos de Hollywood y su socio allí le salió rana, ella dejó de recibir propinas y se tuvo que ir o si también la traicionó su socio segundo, largándose del lujoso hotel para ir finalmente a New York.

Jessica Chastain nunca ha lucido más hermosa en una película. Su vestuario es increíblemente sofisticado y acorde para ese glamour decadente que se nos dice que destilan las estrellas que no saben qué hacer con tanto dinero que acaban yendo un día a la semana a jugar a las cartas y perder millones en una sola noche.

E Idris Elba con sus continuas exigencias hace perfecto el papel de abogado de lujo.

Aún así es una película de ritmo rápido completamente aburrida, que cuenta una historia aún más aburrida, con un tema extraño solo destinado a una minoría con mucha pasta para entender el mundo de las apuestas, y con personajes tan planos como el relato de la propia Molly, la cual luce mejor contando el dinero en el ordenador que su propia historia en la que han desperdiciado el talento de Chastain y Elba.

Es un rollazo. Para los gafapastas que van de intelectuales del juego es una obra maestra, of course.