Redundante y tediosa narración sobre el milagro americano encarnado en la omnipresente Jennifer Lawrence, secundada por sus no menos recurrentes Bradley Cooper y De Niro que, en esta ocasión, se les intuye de paso, dadas sus erráticas interpretaciones. De ritmo irregular, el film pudiera ser un Coen por su excentricidad en los personajes, un Scorsese por su montaje parabólico o un Coppola por el progresivo tono narrativo pero, al final, se queda a medias, en una tierra de nadie, tal vez por exceso de ideas. Una pena de Russell, pero sigamos la pista. Un saludo.