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8
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10.034
Thriller. Drama
Terence McDonagh (Nicolas Cage), un teniente de la policía muy poco ejemplar, adicto al juego y a las drogas, investiga el asesinato de cinco inmigrantes senegaleses en Nueva Orleáns. Remake de la película "Teniente corrupto", dirigida por Abel Ferrara en 1992 y protagonizada por Harvey Keitel. (FILMAFFINITY)
16 de enero de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La decadencia del imperio occidental.
Por pura casualidad, esta maravilla coincide con el co[en]ñazo de 'Un tipo serio' y las dos tratando lo malamente que está la vida. El declive de occidente y su entorno. La realizada por los hermanos es un bodrio que puede llevarte directamente a una baja por depresión. En cambio Herzog te traza un cuadro impresionista con el que, sin palabras, cuenta a la perfección cómo está el patio.
En un EEUU visto con ojos y colores europeos, hace resurgir un enorme Nicolas Cage que, viniendo de su deteriorada carrera, interpreta magistralmente a un deteriorado tipo "Leaving Las Vegas", comiéndose la pantalla, cubierto de sudores fríos y andando con la percha torcida del dolor que le proporciona la vida y los consumos para la huída; con esa espalda que parece gritar de dolor a cada paso que da.
El teniente Cage es en sí la propia vida, jodido y jodiendo, bajo el lento suicidio de la cocaína, mostrando el empeoramiento de una sociedad repleta de saurópsidos y almas bailando, a la espera de su momento.
Porque, señoras y señores, Herzog es uno de los grandes transmitiendo la cólera de Dios, sin necesidad de esperar a que nuestro presidente eólico acuda al Día Nacional de la Oración.
Pasen y vean cómo un genio describe la puñetera realidad.
El quicio de la mancebía [EQM]
Por pura casualidad, esta maravilla coincide con el co[en]ñazo de 'Un tipo serio' y las dos tratando lo malamente que está la vida. El declive de occidente y su entorno. La realizada por los hermanos es un bodrio que puede llevarte directamente a una baja por depresión. En cambio Herzog te traza un cuadro impresionista con el que, sin palabras, cuenta a la perfección cómo está el patio.
En un EEUU visto con ojos y colores europeos, hace resurgir un enorme Nicolas Cage que, viniendo de su deteriorada carrera, interpreta magistralmente a un deteriorado tipo "Leaving Las Vegas", comiéndose la pantalla, cubierto de sudores fríos y andando con la percha torcida del dolor que le proporciona la vida y los consumos para la huída; con esa espalda que parece gritar de dolor a cada paso que da.
El teniente Cage es en sí la propia vida, jodido y jodiendo, bajo el lento suicidio de la cocaína, mostrando el empeoramiento de una sociedad repleta de saurópsidos y almas bailando, a la espera de su momento.
Porque, señoras y señores, Herzog es uno de los grandes transmitiendo la cólera de Dios, sin necesidad de esperar a que nuestro presidente eólico acuda al Día Nacional de la Oración.
Pasen y vean cómo un genio describe la puñetera realidad.
El quicio de la mancebía [EQM]