Película que hace añicos una novela muy conocida del escritor Jonathan Swift. Película tonta a más no poder que transforma cualquier versión anterior en una obra maestra. Casi me quedo en estado vegetativo tras la visualización de este film. Tiene personajes inverosímiles, sin carisma y sin gracia. Las situaciones en la película se desarrollan como si no hubiera guión (propio de las películas sin pies ni cabeza). Jack Black no es, ni mucho menos, un mal actor; pero su carrera profesional la está orientando un enemigo. Lo único que merece la pena de esta película es lo atractiva que sale siempre la actriz Amanda Peet.