Sólo dos capítulos de media hora para contarnos una historia ligera de rally y confabulaciones empresariales, sin grandes complicaciones, que se deja ver, tiene sus dosis de humor y de acción. Es simpático a día de hoy ver historias así, de cuando Japón parecía que se iba a comer el mundo y Europa aún estaba "en formación". La imagen es también muy de los 80, estilo Lupin o Sherlock Holmes. La historia queda muy abierta, tal vez esperando una continuación, pero la verdad es que no parece que dé para mucho más. No va a defraudar, pero tampoco se convertirá en la historia preferida de nadie