Como es lógico, si una película genera dinerín, se hace una segunda parte. Y como es lógico, si la primera es una tontería, la segunda es una tontería aún más grande sin ninguna gracia.

Seguimos teniendo a Mr Bean poniendo caras, diciendo tonterías y haciendo todo lo que hacía en la primera parte (y ahora hasta recibe patadas en los huevos).

Pero si los momentos divertidos son mucho más flojos que los de la primera parte, que ya es decir, lo peor de la secuela es su trama. En Yoni inglis 1 teníamos un malo, John Malkovich, que quería robar las joyas de la corona y hacerse Rey para llevara cabo un malévolo plan. Una chorrada sí, pero la trama debe ser sencilla si lo que en realidad quieres es hacer una comedia de este tipo. En Yoni inglis 2, en cambio, hay no sé cuántos personajes e historias que no se sabe ni para qué coño están. Que si infiltrado aquí que si infiltrado allí, que si la droga para hacer que uno haga o deje de hacer no sé qué a los Chinos para Dios sabe qué, una vieja asiática aparece y desaparece y Mozambique pasaba por allí.

Y a esto hay que sumarle que la atención disminuye irremediablemente por cada minuto que pasa de película.

Por lo menos puedes ver un rato a Rosamund Pike.