Una película que se hace llamar espiritual y mística. Nada de eso: es una lección de superación, perdón y culpa.

Dirigido por el director británico Stuart Hazeldine, un filme con poco presupuesto, pero muy bien utilizado. Protagonizado por Sam Worthington que también ha aparecido en películas célebres como Avatar, y, además, salen grandes actores como Octavia Spencer.

Cabaña es la historia de un padre que debe superar la violenta muerte de su hija pequeña y, para ello, debe hacer un viaje místico y espiritual a su fe, sus sentimientos y traumas vitales. . Todo esto rodeado de un entorno rural y americano encantador y que te atrapa.

Todo comienza cuando la típica familia americana se va de camping a un entorno ideal y rupestre. Todo parece normal, pero cuando el padre se descuida un momento y pierde de vista a la hija pequeña todo empieza a torcerse en esta idílica familia americana. La niña ha resultado violada y, posteriormente, muerta a manos de un psicópata asesino en serie.

A partir de aquí se desarrolla todo el dolor y proceso de curación del padre hacia su duelo y culpa sobre lo ocurrido. El padre, mientras que la familia, más o menos, comienza a salir del pozo y superar la situación, él no quiere saber nada y tiene graves problemas: culpa de todo lo que le ha pasado a Dios, no entiende por qué ha sido capaz de permitir que una niña inocente y sin maldad sufriera de esa manera. Un día, éste parece desorientarse en medio del bosque nevado y comienza a caminar. Caminando el bosque empieza a cambiar de un paraje frío y de invierno a un bosque primaveral donde la nieve comienza a fundirse. Todo extrañado por todo esto sigue caminando hasta llegar a lo que parece una cabaña de madera, muy bien arreglada y muy bonita. Es en esta casa que encontrará muchos personajes que representan las diferentes manifestaciones de Dios: el padre, que estará representado por una mujer negra que juega un papel totalmente paternal y de apoyo; el hijo, que estará representado por un chico joven carpintero y trabajador que desempeña un papel de hermano donde se puede refugiar; y por último, el Espíritu Santo que será representado por una chica que ayudará al protagonista a encontrarse a sí mismo y tener una mirada introspectiva de su alma.

Es una película que aunque tiene un sesgo claramente cristiano y religioso, huye del misticismo y se centra en la importancia del perdón y la superación del duelo frente a las pérdidas. Es una película llena de simbolismo y detalles en la que hay que pararse a reflexionar. Ciertamente, o te puede gustar mucho, o no te puede gustar nada. Personalmente, creo que es una película bastante buena y sólo por el trabajo de guión y del simbolismo de cada detalle, merece mi reconocimiento.