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España España · Barccelona
Voto de EL ALBATROS:
7
Intriga. Romance En el centro psiquiátrico donde trabaja la psicoanalista Constance Petersen (Ingrid Bergman), el Dr. Murchison (Leo G. Carroll) anuncia su retiro de la dirección, en cuyo reemplazo llegará el eminente Dr. y escritor Anthony Edwardes, a quien, justamente, Constance admira muchísimo aunque no le conoce... pero, el mismo día en que el joven y apuesto director (Gregory Peck) es presentado ante los directivos, la psicoanalista comenzará a ... [+]
2 de enero de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para que nadie se lleve a error, lo primero que hay que apuntar es que el psicoanálisis en el momento de hacer la película, hace 75 años, era un tema de actualidad entonces. Pero lo que pudiera parecer una digresión sobre tan interesante asunto, para Hitchcock era un mero pretexto o “Mcguffin” para exponer su universo personal. Es por tanto un error intentar analizar seriamente la verosimilitud científica de la propuesta argumental. No es una película perfecta o redonda, aunque goza de momentos brillantes, porque en su rodaje existieron fuertes tensiones con el guión y un choque de personalidades entre su productor, David O. Selznick y Hitchcock. El cineasta inglés estaba bajo contrato del productor que lo había fichado para Hollywood en 1939.

Selznick mandaba notas constantes al guionista Ben Hecht, estaba acostumbrado a ejercer un férreo control en sus producciones lo cual no era del agrado del orondo inglés que pretendía imponer su libertad creativa. No le gustaba Gregory Peck porque era demasiado joven para el papel, además de inexperto, en lo que coincido totalmente como error de casting, y lo que era peor, era un actor del “método” partidario de emoción y motivación, por lo tanto poco moldeable para el cine de Hitchcock donde los actores eran meros accesorios que él manejaba a su antojo en el mejor sentido. Ese primer beso de amor pasional, es un buen ejemplo, en el que el cineasta nos muestra como un acto sexual de éxtasis supremo donde se abren las puertas del placer a través de un fundido encadenado de imágenes.

Pese a ser un film irregular con una trama deslavazada, tiene la mayoría de las constantes del cineasta: la joven heroína dispuesta a ayudar al falso culpable, la huida y persecución de los enamorados, la falsedad de las apariencias, su dominio de la puesta en escena donde los objetos dominan el plano. Las rayas en la bata, en la colcha, el color blanco, el sobre con la carta de Peck para la Bergman la navaja de afeitar, la simbología de las sombras influencia del cine alemán expresionista, son muestras inequívocas de su talento. La escena onírica diseñada por Dalí siguiendo las directrices de Hitchcock, me parece muy creativa y estimulante con respecto a la trama, el fascinante surrealismo al servicio de la ficción. Todo lo contrario opinaba el productor que no quería a Dalí por considerarlo excéntrico y poco apropiado donde exigía constantemente más romance y menos complejos asuntos mentales.

Las virtudes del film son evidentes, la romántica e inolvidable música de Miklós Rózsa, el primer cruce de miradas, el paseo campestre de la fría doctora con el recién llegado que vuelve transformada en una mujer alegre y vital. El contraste entre la pasión y la incertidumbre, el bien y el mal, la luz y la oscuridad, el complejo de culpabilidad y la amnesia, todo ello delimitan los márgenes de una enrevesada trama, que ciertamente se sostiene con pinzas pero que nunca esos valores absolutos son tratados desde perspectivas tan relativas. El laberinto del complejo de inferioridad del auténtico Dr. Edwards sirve para adentrarnos en el universo hitchcockiano, donde el temor y la sospecha se funde con el amor de una joven enamorada dispuesta a resolver los enigmas de la mente humana. Sólo por ser la primera de las tres que hizo con Ingrid Bergman “Spellbound” sería una película importante en la filmografía de Hitchcock, Bergman es la que mejor y con más intensidad y belleza ha encarnado a la heroína típica Hitchcockiana: aparentemente fría, formal, seria y hasta puritana, pero fácilmente vulnerable, capaz de enamorarse con la más apasionada y vibrante entrega.
En spoiler apunto la habitual aparición del cineasta por unos segundos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
EL ALBATROS
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