En una época en la que el 3D estaba aterrizando masivamente en las salas de cine, no hubo mejor título para desempolvar que "Piraña", aquel divertido clásico del 78 al que ahora con los nuevos avances tecnológicos vino a devolver al cine el género retro de terrores subacuáticos.

Más que una cinta terror, Alexander Aja parece burlarse de su propia película y recurrir a aspectos mucho más fáciles y comerciales: mucho cuerpo, tetas al aire, porno light y animalitos que anuncian la sangre. Quizás por eso el resultado es más que sobresaliente, pues con sorpresa "Piraña 3D" se vuelve algo ameno, pavorosamente divertido y extrañamente recomendable.

Cierto que posee ese aire barato y facilongo del cine de clase B, y no tiene guión alguno para destacar, pero todos estos vacíos son maquillados por unos buenos pechos, muy trabajadas escenas sanguinolientas y actores que sencillamente cumplen, logrando finalmente que alguna calidad argumentativa no sea para nada necesaria pues su única meta será el entretener.

En esencia, "Piraña 3D" conserva las virtudes de su mentora; agrada si desde un principio hay buena aptitud para su irreverente humor, a sus insinuantes escenas acompañadas de un destacado gore y unas atemorizantes pirañas muy bien realizadas que hacen escapar varias risas y, claro está, uno que otro respingo y desorden estomacal.

Y ya hay varios que estamos esperando la segunda entrega.

Lo mejor: Es una grata sorpresa

Lo peor: En el cine seguramente se disfrutó aún mejor.