Yo nunca llegué a ver 'Perdidos', ni las últimas dos películas de 'Star Trek', por lo que todas la referencias que tenía de J.J. Abrams eran por lo que había leído. Dicho esto, debo decir que me ha parecido un excelente trabajo el suyo a la hora de revitalizar la saga de Star Wars. Partiendo de la estructura típica de los tres primeros episodios originales (es decir, el 4, 5 y 6), la película ofrece numerosos momentos realmente buenos. En primer lugar, la reaparición de Han Solo (intepretado, cómo no, por Harrison Ford). Lejos de tener un papel secundario, asume el peso de la película, recordando al personaje que nos fascinó hace 40 años. Obviamente, hay continuas referencias a la saga original, pero no desentonan sino que, al contrario, sirven para ir enlazando los hechos.

Otro aspecto a destacar es el personaje de Finn (intepretado por John Boyega). Cabe esperar que sus motivos para hacer lo que hace deben ser debidamente explicados, pero de primeras se ve como un personaje gracioso, algo torpe y valiente. En ocasiones se pasa de simpático, pero no se hace molesto. El personaje femenino, Rey (Daisy Ridley) empieza algo flojo, pero poco a poco se va soltando, hasta convencernos, definitivamente, en esa escena final con Kylo Ren. Este personaje, bien interpretado por Adam Driver, asume las típicas funciones de oveja negra que no se sabe si se redimirá. En todo caso, su actuación es notable, aunque a veces parece un tanto sobreactuado.

Poco más que añadir. La trama es buena, sirve de preparativo para las dos siguientes películas (Episodios 8 y 9), los efectos visuales son excelentes, y el ritmo no decae en ningún momento. Para los fans de la saga (como yo), fue una experiencia maravillosa. Para los no expertos en la materia, se encontrarán una película francamente entretenida y que te deja con ganas de saber cómo continúa. Larga vida a la Galaxia.