Me encantaron las dos primeras temporadas y me daban bastante vergüenza ajena las situaciones planteadas. La serie es muy original, basada en una sucesión de situaciones cotidianas, con muy buenos actores como Javier Gutiérrez y Malena Alterio.
Sin embargo, en la tercera temporada pierde su gracia. Ya no se trata de una sucesión de situaciones sino de un par de tramas que estarían bien para resolver en un par de episodios largos de 40 minutos. Los dos últimos capítulos son los mejores, no obstante. Y no es que sea una mala serie, sino que pierde su carácter singular y se convierte en una serie policiaca. Por ello le he bajado un punto de los que otorgué a las dos anteriores temporadas.