Porque para sólo eso vale este film malo de solemnidad, con una interpretación de lo más inadecuada (actriz y personaje no pueden ser más opuestos), una música horrenda (un peñazo continuo de hora y media con música turca de lo más inapropiada para una película de acción supuestamente), una trama de lo más irreal y con soluciones de guión al lío de lo más estúpidas.
En fin, eso sí, continuas vistas superrápidas de las calles de la ciudad, vistas aéreas de la misma, de día, de noche, etc.etc. Claramente demostrativa de falta de cosas para narrar en el plazo de tiempo marcado, o, también, subvencionada por el pertinente Ministerio de Turismo ( o como allí se llame) del país otomano.