Que pena!. Un Woody Allen repetitivo, desfasado fuera del mundillo que tan bien conoce, girando continuamente alrededor de sus ya conocidas fobias, pero, lo peor de todo, carente del mínimo sentido del humor, sin sacar provecho de los conatos de gag que hay en el film, con diálogos sin gracia ni chispa. Llega a aburrir y eso, en una pelicula de quien la firma, es realmente desastroso.
Debió escribirla en una mala época para él y el resultado lo soportamos nosotros. En fin, no siempre el genio brilla, que le vamos a hacer.