Que los personajes están locos... Pues cada cual argumentaba sus puntos de vista de manera razonable. En la conversación del coronel con el médico me convenció, construir el puente era una obligación y justificada, ya que les daba propósito, algo como del mito del señor Sísifo. En mi caso, de ser el personaje, hubiera hecho algo parecido. Así mismo, sus razones tenía el comandante Japonés, dentro de su idiosincrasia, razones que también me convencieron, es decir, dentro de su idiosincrasia, lo digo dos veces porque uno los conoce. Lo que no me convenció fue la atmósfera psicológica. Me explico: Soy un apasionado por la segunda guerra mundial y no hay manera de que me crea el rollo a menos que me digan, "vale, chato, solo es una comedia, ¿es que quieres ver a algún prisionero con crisis nerviosa?"
La fotografía es grandiosa; las actuaciones, memorables, un aplauso de 30 minutos para el Japa. Una superproducción a toda regla.