Unos personajes más bien estrafalarios, un humor fino y grueso, pero también divertido e innovador, dan vida a un film ambientado en la Francia actual, con el trasfondo del racismo en la vertiente humana y cómica.
La principal baza de la película son sus situaciones esperpénticas y los diálogos inteligentes y pasados de rosca, juntamente con el colorido de la cinta y los paisajes de la campiña francesa.
Conclusión, 93 minutos de sana evasión y para reír de oreja a oreja, la recomiendo a los espectadores sin complejos.