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Voto de The Psycho:
7
6,8
59.557
Fantástico. Aventuras
Los Inmortales son seres de una raza especial que sólo pueden morir decapitados entre sí. Viven desde hace siglos entre los hombres, pero ocultando su identidad. Unos defienden el Bien, otros, el Mal. Una maldición los obliga a luchar entre sí hasta que sólo quede uno de ellos. El escocés Connor MacLeod (Christopher Lambert) es uno de los supervivientes del clan de los Inmortales que ha llegado hasta nuestros días. (FILMAFFINITY)
29 de marzo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una película cuya valoración y fama han tenido un viaje de altibajos con el paso de los años, pero a la que no se le pueden negar su buena dosis de mérito y su calidad en la época en que fue realizada.
En 1986, cuando fue rodada, no caló bien entre los aficionados al cine de los 80 en su periplo por las salas de cine, y resultó un relativo fracaso en crítica y público. Y tiene su explicación. Su director, Russell Mulcahy, era un realizador inglés, desconocido para el público internacional, que venía de dirigir únicamente varios (y muy buenos) videos musicales, aunque ello también tuvo su virtud en Los inmortales, en la que se aprecia un dinamismo, sobretodo en el montaje, propio de los directores que provienen de ese medio, y un innegable amor por la música que se puede adivinar en la elección de Queen para la banda sonora (buenísima, una de las grandes bazas del film). Su protagonista, Christopher Lambert, también prácticamente desconocido para el gran público, provenía del cine francés, y su única incursión fuera de ello había sido en la muy fallida "Greystoke. La leyenda de Tarzán". Por otra parte, la mayor jugada de la película en cuanto a visión comercial, la inclusión de Sean Connery en el reparto, no funcionó bien como gancho para el público, tal vez porque su breve papel no satisfizo lo suficiente a sus muchos aficionados.
No obstante, algo más tarde, cuando la película pasó a los circuitos del cine de alquiler en los videoclubs, las muchas virtudes de esta obra hicieron que muy pronto se convirtiera en una película top entre los aficionados al cine de acción y fantástico, hasta llegar a convertirse en mítica y en una de las películas más representativas de la segunda mitad de los 80, todo un film de culto. La opinión del público en general, y también de parte de la crítica, había cambiado.
Y por último, de nuevo con el paso del tiempo, la aparición de dos secuelas más que no daban la talla, llegando incluso a la realización de una serie de televisión aún peor, y el mal envejecimiento del film original, hicieron que éste cayera en el olvido, y las críticas de las generaciones posteriores y de las actuales no han sido amables con la valoración de esta mítica película.
Vista hoy en día, con ojos del siglo XXI, es explicable que la primera tentación sea la de achacarle numerosos defectos. La acción se ve pobre en realismo y coreografía, los efectos especiales a día de hoy resultan simples y artesanales, y la interpretación de Lambert, ni ahora ni en su época, es nada buena, porque siempre ha sido un mal actor.
Pero yo quiero defender sus virtudes. Lo primero, es que no se puede observar una película así sin tener en cuenta su edad, y el merecimiento por ello de que obviemos ciertos errores. Si se ve de esta manera, los fallos técnicos en las escenas de acción y en los efectos especiales no dejan de tener su encanto.
Dicho esto, la película está llena de aciertos que lo siguen siendo más de treinta años después.
En 1986, cuando fue rodada, no caló bien entre los aficionados al cine de los 80 en su periplo por las salas de cine, y resultó un relativo fracaso en crítica y público. Y tiene su explicación. Su director, Russell Mulcahy, era un realizador inglés, desconocido para el público internacional, que venía de dirigir únicamente varios (y muy buenos) videos musicales, aunque ello también tuvo su virtud en Los inmortales, en la que se aprecia un dinamismo, sobretodo en el montaje, propio de los directores que provienen de ese medio, y un innegable amor por la música que se puede adivinar en la elección de Queen para la banda sonora (buenísima, una de las grandes bazas del film). Su protagonista, Christopher Lambert, también prácticamente desconocido para el gran público, provenía del cine francés, y su única incursión fuera de ello había sido en la muy fallida "Greystoke. La leyenda de Tarzán". Por otra parte, la mayor jugada de la película en cuanto a visión comercial, la inclusión de Sean Connery en el reparto, no funcionó bien como gancho para el público, tal vez porque su breve papel no satisfizo lo suficiente a sus muchos aficionados.
No obstante, algo más tarde, cuando la película pasó a los circuitos del cine de alquiler en los videoclubs, las muchas virtudes de esta obra hicieron que muy pronto se convirtiera en una película top entre los aficionados al cine de acción y fantástico, hasta llegar a convertirse en mítica y en una de las películas más representativas de la segunda mitad de los 80, todo un film de culto. La opinión del público en general, y también de parte de la crítica, había cambiado.
Y por último, de nuevo con el paso del tiempo, la aparición de dos secuelas más que no daban la talla, llegando incluso a la realización de una serie de televisión aún peor, y el mal envejecimiento del film original, hicieron que éste cayera en el olvido, y las críticas de las generaciones posteriores y de las actuales no han sido amables con la valoración de esta mítica película.
Vista hoy en día, con ojos del siglo XXI, es explicable que la primera tentación sea la de achacarle numerosos defectos. La acción se ve pobre en realismo y coreografía, los efectos especiales a día de hoy resultan simples y artesanales, y la interpretación de Lambert, ni ahora ni en su época, es nada buena, porque siempre ha sido un mal actor.
Pero yo quiero defender sus virtudes. Lo primero, es que no se puede observar una película así sin tener en cuenta su edad, y el merecimiento por ello de que obviemos ciertos errores. Si se ve de esta manera, los fallos técnicos en las escenas de acción y en los efectos especiales no dejan de tener su encanto.
Dicho esto, la película está llena de aciertos que lo siguen siendo más de treinta años después.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La historia es de gran calidad. El cine fantástico y de acción está lleno de películas míticas con guiones mucho más pobres que la maravillosa idea de la existencia de unos humanos maldecidos (o bendecidos, según se mire) con la inmortalidad (salvo que se les separe la cabeza del cuerpo), que vagan por la tierra durante siglos, con el handicap añadido de sentirse cada vez más atraidos a enfrentarse y matarse unos a otros, ya que la ejecución de uno de ellos da más poder a su ejecutor, hasta que sólo quede uno de ellos. La premisa de este argumento es potentísima, y está complementada por acertados añadidos, como que tengan la oportunidad de hablarse unos a otros en suelo sagrado, donde está prohibido que se ataquen, o que forjen entre los más "bondadosos" de ellos temporales alianzas e incluso amistades.
Por el lado argumental, hay más aciertos aún, como explorar la inconveniencia de que seres así compartan la vida y lazos amorosos con humanos normales, a los que indudablemente van a tener que ver morir mientras ellos no envejecen, y a los que harán a su vez sufrir por verles eternamente jóvenes a su lado. Y también cuida otros detalles, como que una persona con dicho poder indefectiblemente ha tenido la oportunidad de hacerse rica mediante la progresiva acumulación de antigüedades a lo largo de los siglos.
Y, por último en cuanto al guión, todo este amalgama de ideas se introduce en el eje argumental de la investigación policial del asesinato de uno de los inmortales (lógico, son inmortales, no vampiros ni otros seres similares, su cuerpo no desaparece porque lo mates) y está narrado de la manera más lógica y atractiva posible, mediante la introducción de sucesivos flashbacks, en los momentos en los que la trama principal en el siglo XX más lo justifica, para irnos dando poco la información de lo sucedido en siglos anteriores, y así explicar tanto el origen como las normas que rigen el comportamiento de estos eternos guerreros. Y esos flashbacks (sobretodo los del siglo XVI) son uno de los mayores aciertos de la película, fenomenalmente ambientados en cuanto a paisaje, escenarios, vestuario, y acción).
Por último, sobre las interpretaciones, diré que la de Christopher Lambert es tan mala como la de cualquiera de sus otras películas. Pero, a mi modo de ver, esto se ve de sobra compensado tanto por la buenísima historia de la película, como por las muuucho mejores interpretaciones de sus compañeros de reparto, sobretodo en lo referente a las de Sean Connery (que con esta película, y también con El nombre de la rosa, comenzaba una época de actor maduro con mucha más calidad interpretativa que la que demostraba en las películas de su juventud) y la de Clancy Brown, actor secundario, a día de hoy muy valorado, que precisamente saltó a la fama por su interpretación de este villano loco, psicópata, y cruel, que persigue más obsesivamente que ningún otro inmortal la famosa máxima de la película, que "sólo puede quedar uno".
En definitiva, es ésta una muy buena película, que ciertamente ha envejecido mal, pero que, para el espectador que sepa discernir entre lo que es baja calidad y lo que es simplemente producto de la obsolescencia del paso del tiempo, seguirá siendo un film de acción, fantasía, y aventura, muy muy disfrutable.
Por el lado argumental, hay más aciertos aún, como explorar la inconveniencia de que seres así compartan la vida y lazos amorosos con humanos normales, a los que indudablemente van a tener que ver morir mientras ellos no envejecen, y a los que harán a su vez sufrir por verles eternamente jóvenes a su lado. Y también cuida otros detalles, como que una persona con dicho poder indefectiblemente ha tenido la oportunidad de hacerse rica mediante la progresiva acumulación de antigüedades a lo largo de los siglos.
Y, por último en cuanto al guión, todo este amalgama de ideas se introduce en el eje argumental de la investigación policial del asesinato de uno de los inmortales (lógico, son inmortales, no vampiros ni otros seres similares, su cuerpo no desaparece porque lo mates) y está narrado de la manera más lógica y atractiva posible, mediante la introducción de sucesivos flashbacks, en los momentos en los que la trama principal en el siglo XX más lo justifica, para irnos dando poco la información de lo sucedido en siglos anteriores, y así explicar tanto el origen como las normas que rigen el comportamiento de estos eternos guerreros. Y esos flashbacks (sobretodo los del siglo XVI) son uno de los mayores aciertos de la película, fenomenalmente ambientados en cuanto a paisaje, escenarios, vestuario, y acción).
Por último, sobre las interpretaciones, diré que la de Christopher Lambert es tan mala como la de cualquiera de sus otras películas. Pero, a mi modo de ver, esto se ve de sobra compensado tanto por la buenísima historia de la película, como por las muuucho mejores interpretaciones de sus compañeros de reparto, sobretodo en lo referente a las de Sean Connery (que con esta película, y también con El nombre de la rosa, comenzaba una época de actor maduro con mucha más calidad interpretativa que la que demostraba en las películas de su juventud) y la de Clancy Brown, actor secundario, a día de hoy muy valorado, que precisamente saltó a la fama por su interpretación de este villano loco, psicópata, y cruel, que persigue más obsesivamente que ningún otro inmortal la famosa máxima de la película, que "sólo puede quedar uno".
En definitiva, es ésta una muy buena película, que ciertamente ha envejecido mal, pero que, para el espectador que sepa discernir entre lo que es baja calidad y lo que es simplemente producto de la obsolescencia del paso del tiempo, seguirá siendo un film de acción, fantasía, y aventura, muy muy disfrutable.