Hay que decir, que el film con esos 5 primeros minutos, donde los efectos especiales tienen mucho que ver, consiguen enganchar al espectador, esperando más y sin importar el tiempo que tarde. A partir de hay se presenta una trama, sugestiva, donde los flashbacks del protagonista consiguen saltarse esa linealidad, para transmitir las autenticas sensaciones del film, dejando un final, aunque lógico y predecible, pero el más apropiado.

Para qué la película transmita, hay que destacar los efectos especiales, no es que sean del otro mundo, pero han hecho que las armas ninjas, shuriken, katana y demás, cobren vida en la pantalla, con tal magnitud que parecen estar en movimiento constante, pero si a eso le sumamos las sangrías que producen en muchos de los golpes, logran mayor credibilidad e impacto, y por lo tanto mayores aplausos.

En las actuaciones, destaca una sobre todas, no por su forma de actuar, pero si por su portentoso físico y por las escenas de riesgo, como en la de la rotonda en Alemania, donde sus movimientos captan la pantalla en su totalidad, se trata del surcoreano Rain, actor, cantante y bailarín.

En resumen, entretenida desde sus comienzos, con momentos de acción y romanticismo, que embaucan al espectador en el noble arte del regocijo.