Acabo de verla.
Acabo de verla y sigo con un escalofrío en el cuerpo.
Utoya y los atentados de Oslo estaban grabados en mi memoria desde que sucedieron.
La casualidad hizo que tuviera un viaje de avión y albergues ya contratados ( los precios de hoteles eran prohibitivos ) para visitar Noruega ese Verano del 2011.
Mi mujer y yo alquilamos un pequeño coche y recorrimos el país desde el día 30 de julio apenas una semana después de los atentados. Vimos los destrozos de Oslo, las concentraciones de flores e incluso pasamos por la carretera todavía precintada que daba acceso al embarcadero para ir a la isla.
Ese año ó tal vez el posterior se estrenó un documental donde hablaban los supervivientes y me impactó por la injusticia que supuso.
Cuando he visto la película disponible he dudado.
No sabía si tendría ganas de verla, al final he dado al play...
El plano secuencia interminable en el que te mete la película es absolutamente increíble.
Creo que es un film para ver sólo, inmiscuirse y transportarte al lugar.... Y los noruegos lo logran.... Vaya si lo logran. Eres uno más en la isla de Utoya, eso es lo que se busca, transportar al espectador a ese día e intentar que sienta lo que aquellos pobres chicos y chicas sintieron..
La sensación de agobio, miedo, confusión, frío, desconocimiento absoluto de lo que sucedía, la sucesión de disparos que escuchas a lo lejos, las carreras buscando salvar tu vida, la búsqueda de un lugar de resguardo........ Todos esas sensaciones son tales, que realmente conmigo han logrado lo que buscaban.
Y encima lo logran de una manera muy hábil, sin sacar un sólo plano del autor de ésta barbarie y sin ni siquiera mencionar su nombre. Cosa que obviamente voy a secundar para no hacer ni un mínimo de publicidad al tipejo que lo perpetró.
Se sugiere, se escucha, se siente el miedo.... Te vuelves uno más en aquel campamento.
No es una película para poner nota, no se puede catalogar en base a que si es lenta, o en base a sus diálogos... No,.....ésto es otra cosa .......es un viaje directo a nuestras propias entrañas.
Merecen que la veamos.