Con todo el respeto a su multitud de seguidores, a sus once nominaciones y a sus cinco Óscar; esta película es la estrella polar que ha marcado el camino a los miles de telefilms que han ocupado durante años la programación de Telecinco y Antenatres los sábados y domingos por las tardes.

Con esto no quiero decir que estemos ante una película con la calidad de un telefilms, pero mucho de los ingredientes, sobre a nivel trama, sí los tiene. La diferencia con estos es que dentro de los dramas familiares, este está bien llevado y no cae en los típicos prejuicios y estereotipos del género, aunque en un principio pueda parecer que se dirige de cabeza hacia ellos.

A esto hay que sumarle su reparto resaltando sobre todo a dos actores tan queridos como Jack Nicholson y Shirley Maclaine, los cuales ganaron el Óscar por esta película. También me gusta mucho la actuación de Debra Winger, la cual da bastante fuerza a su personaje.

La película tiene una trama muy sencilla. Habla de personas normales*, con problemas normales y con destinos normales. Sí es cierto que alguna decisión que se toma, no sé si es por la época o por el país, en España no sería muy normal. La trama intenta resumir en poco más de dos horas unos dieciséis años de historia. Esto tiene sus pros y sus contras, pero en general lo desarrollan bien, sin la necesidad de utilizar una horrible voz en off (últimamente me he tragado varias pelis con este recurso tan cansino).

A mí me sorprende la nominación a once Oscar y la estatuilla a mejor película, pero es cierto que si echas un vistazo a las películas de 1983, la cartelera no estaba como para tirar cohetes. Es un clásico con muy buenos actores, si te gusta el cine se merece que le des una oportunidad.

* Cuando hablo de personas normales, por supuesto, siempre estoy excluyendo a Nicholson.