Si no fuera por los minutos iniciales que parecen más un anuncio muy largo de jabón Fa,
y por las escenas familiares innecesarias de llamadas telefónicas aparatosas o por otras tantas escenas ñoñas y sentimentaloides del final... si no fuera por estas escenas que estropean la película, estaríamos quizás ante la segunda mejor película de tiburones con permiso de Spielberg.
Hay suspense, hay tensión,hay dramatismo y momentos gore, es decir, es muy entretenida; el tiburón no es un esperpento digital como aparece en las películas más recientes de tiburones; por el contrario, es un personaje lleno de fuerza, salvaje, peligroso y muy creíble. Desde una situación sencilla , el guionista juega con todas las posibilidades y con los elementos.
Lo mejor, el ingenio con el que la protagonista lucha contra el tiburón.