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Voto de Kyrios:
6
Drama Harvey trabaja en un hospital de Cleveland. Su única vía de escape frente a la rutina diaria es discutir sobre todo lo divino y lo humano con sus compañeros de trabajo. Casualmente conoce a Robert Crumb, un diseñador de postales amante de la música que, años después se hace famoso gracias a sus cómics underground. La idea de que el cómic es una forma de arte para adultos lleva a Harvey a hacer una tira cómica, "American Splendor", que ... [+]
27 de octubre de 2013
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Harvey Pekar es un tipo curioso. Paradójicamente, su obra nos habla del día a día, de lo cotidiano, con lo que ya de primeras sorprende este contraste entre artista y obra. Precisamente, Pekar, hastiado de los cómics arquetípicos que lo único que nos enseñaban eran superhéroes en mallas (Marvel, y DC al frente) y con un target adolescente muy claro, trató de cambiar el panorama del arte popular.En palabras del propio artista, la vida ya es por sí sola lo suficientemente compleja (en alusión a los cómics repletos de fantasía y que reflejan una sociedad totalmente irreal). Sin duda nos encontramos con una de las figuras clave de lo que hoy conocemos como cómic underground.

Para él, no había fronteras entre el cómic y otras artes consideras de más prestigio (una rémora que aún sigue pesando en la actualidad). No entendía porque había una corriente que consideraba al cómic como un hermano menor y despreciable de la literatura. De hecho, en sus primeras obras el artista no sabía ni dibujar y hubo de recurrir a la ayuda de amigos suyos (Robert Crumb por ejemplo, el creador de Fritz el gato) para completar sus trabajos, de tal manera que Pekar sólo escribía el guión de los cómics. American Splendor fue el título de su obra, y lo es también de la película, que produce la productora HBO, compañía que por otra parte se ha especializado en estos últimos años por realizar películas con un sello muy singular, apoyando películas (y series) que se alejan de los cánones más comerciales.

En sus cómics de American Splendor, Pekar no tiene miedo a retratarse tal como es, con sus vicios y virtudes. Pero también forman parte de su retrato los mismos compañeros de profesión, como Toby Radloff (un genuino Nerd, como le gusta autoproclamarse) así como su mujer.

Harvey Pekar de carne y hueso también está presente en el film que dirigen Robert Pulcini y Shari Springer Berman. Como no podía ser de otra manera al ser una película biográfica que nos acerca a una figura tan insólita, también la película se contagia de esta originalidad. El film no tiene una linealidad clara y no tiene pudor en realizar saltos adelante y atrás en el tiempo. American Splendor no es una película que parta de una línea recta para terminar en un destino prefijado de antemano, sino que su objetivo principal dista mucho de la convencionalidades de las películas biográficas corrientes. Lo que se impone como principio básico la película es la construcción de la personalidad de Harvey Pekar. Por otra parte, como ya comentaba, el artista está muy presente en la película. Su propia voz es la que da fuerza a la voz en off que aparece en la película, y que pese a que en muchos momentos intenta distanciarse personalmente de los actos, en otros admite su autenticidad y relación con los hechos, lo que aumenta el juego irónico de la película. También en otros momentos de la película, el film se para en seco y detiene su desarrollo para mostrarnos una sala blanca donde se encuentra el propio artista. Ahí lo podemos comparar con el actor que lo encarna en la película, Paul Giamatti, y comprobar cómo se muestra realmente el artista en las distancias cortas.

El film es una obra sin duda extrovertida y singular, pero le falta un punch que nunca demuestra más que en momentos contados. El inicio de la película es una gran muestra de lo bien que se mueve la obra cuando se centra en momentos concretos del argumento. Sin embargo, cuando la película se ve obligada a desarrollar la creación de su personaje falla considerablemente. La ironía y el humor negro que encontramos en muchas de las viñetas y en muchas de las escenas aisladas en las que Paul Giamatti se hace propio el personaje, se pierde cuando el protagonista entra en contacto con la que acabaría siendo la mujer de Harvey Pekar. Tampoco se adentra en momentos que podrían ser mucho más significativos de la vida del autor, como esa pelea que tuvo con el célebre Showman, Lettermann (que en realidad supuso un golpe en la mesa por parte de Pekar, al no dejarse vender a las grandes televisiones como si fuera un simple objeto de feria), sino que la película se centra finalmente en la parte más dramática de la biografía del personaje (un cáncer que afortunadamente consiguió superar).

La película explota sus mejores bazas. Los diálogos surgen casi de manera espontánea y hacen hincapié en el estilo personal del artista, que se transfigura del cómic al cine. Situaciones como la salida del cine después de ver La revancha de los novatos con Toby Radloff o la primera cita con su futura mujer son secuencias geniales. Algunos tachan al arte de Pekar de ser demasiado pesimista, y quizás tengan parte de razón, pero también es cierto que el artista, y por ende también la película, consiguen transmitir perfectamente el hastío que significa para el hombre contemporáneo vivir en una sociedad moderna que lo único que hace es suprimir la individualidad y tornar al hombre en un ser productivo.

http://neokunst.wordpress.com/2013/10/27/american-splendor/
Kyrios
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